La operación se precipitó aprovechando que la lluvia había remitido y que el agua de la cueva se encontraban en su nivel más bajo de los últimos días después de haber drenado 128 millones de litros de su interior.
'No hay otro día en que estemos más preparados que hoy', dijo Narongsak Ossottanakorn, portavoz de los efectivos de rescate.
Pero la operación es muy complicada y arriesgada y las autoridades no quieren dar falsas esperanzas, aunque al momento de publicar esta nota ya se había rescatado a ocho de ellos. Todavía faltaban otros cuatro y el entrenador.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Gráficos muestran por qué es tan difícil rescatar a niños atrapados en la cueva
Pero pese a las buenas noticias que ha traído la primera fase del rescate, las autoridades tailandesas mantienen la cautela.
Por eso no se ha revelado la identidad de los niños que ya se encuentran en el exterior. Ni siquiera a sus padres.
El recorrido a través de la cueva le lleva a un buzo especializado 11 horas de ida y vuelta.
En BBC Mundo hemos hablado con el servicio tailandés del Servicio Mundial y recopilado información para entender mejor las razones culturales que llevan al equipo tailandés a cargo del rescate a actuar con tanto secretismo.
Hemos encontrado al menos tres:
Respeto
El jefe de la operación Narongsak Osottanakorn lo dijo bien claro tras darse por concluida la primera fase del rescate con 'mucho más éxito del esperado'. No se revelará la identidad de los niños por respeto a las familias cuyos hijos todavía continúan en la cueva.
Todos se alojan juntos en el campamento base que se ha levantado a la entrada de la cueva y las autoridades no quieren que mientras unos celebran la alegría de tener a los suyos a salvo, otros vivan la angustia de seguir el minuto a minuto del resto del operativo.
Desde que se conoció la desaparición de los 12 adolescentes y su entrenador, el pueblo más cercano a la cueva donde muchos de los niños iban a la escuela, Maesai, ha estado muy unido.
TAMBIÉN PUEDES LEER: EN VIVO | Tailandia rescata a los cuatro primeros niños atrapados en una cueva
Ha habido grupos de voluntarios ofreciendo comida y apoyo psicológico a las familias y hasta se ha recolectado dinero para ofrecer a los padres que han tenido que dejar sus trabajos para seguir el día a día de la operación.
Control de la información
Las autoridades tailandesas quieren también establecer un 'cordón sanitario' por el que evitar que se filtre información que pueda perjudicar el rescate o dañar las sensibilidades de las familias.
Los celulares, por ejemplo, están restringidos a cierto personal dentro del campamento y la información se comparte solo con un grupo reducido.
Desde que se encontró al grupo con vida la semana pasada una multitud de voluntarios y curiosos se ha acercado a la inmediaciones de la cueva.
También hay una preocupación con la prensa. Este domingo, Narongsak Osottanakorn criticó la actuación de algunos medios de comunicación que han interferido la radio de la policía para obtener más datos de los ofrecidos o han usado drones para acceder a las zonas donde el paso está cortado.
Los padres, conscientes de la preocupación de las autoridades, obedecen las indicaciones dadas manteniendo también el hermetismo.
Agradecimiento
Hay un dicho tailandés que dice 'evitarás ofender a quien te ayuda pidiéndole más de lo que te da'.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Murió un socorrista en la cueva de Tailandia tras haber suministrado provisiones
Por eso, explican desde el servicio tailandés de la BBC, los padres que aguardan el rescate de sus hijos no demandan más información de la que se les ofrece, conscientes de los esfuerzos que están haciendo tanto las autoridades como la comunidad internacional por sacar sanos y salvos a sus hijos.
Decenas de personas se agolparon a las puertas del hospital donde ingresaron a algunos de los chicos rescatados el domingo.
El pueblo tailandés, conocido por ser modesto y respetuoso, valora enormemente el destacamento de equipos y voluntarios en la zona y no quiere comprometer el buen funcionamiento del operativo exigiendo que les den más información.
Es una señal de agradecimiento en la cultura tailandesa aceptar lo que te dan sin hacer preguntas.
Vía: BBC Mundo