Unos 600 migrantes, la mayoría hondureños, fueron objeto de una redada oficial en el estado mexicano de Veracruz y algunos de ellos fueron objeto de violencia, denunció este martes el sacerdote mexicano Alejandro Solalinde, defensor de migrantes sin documentos.
Agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) 'lastimaron a muchos al jalarlos violentamente de las piernas mientras descendían en las escaleras del tren (...) Les arrojaron piedras y les dieron toques eléctricos', denunció Solalinde durante una manifestación ante la sede del INM en Ciudad de México.
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El maltrato habría ocurrido el 9 de septiembre por parte de personal del INM, policías federales y autoridades de Veracruz (este) contra los migrantes que transitaban por el poblado de Los Tigres en su viaje hacia Estados Unidos, aseguró el sacerdote.
Acompañado por activistas y migrantes hondureños, el sacerdote clausuró de forma simbólica las instalaciones del INM colocando listones en la puerta y algunas pancartas.
Moralmente quedará cerrado, porque no respeta los derechos humanos', expresó Solalinde.
De acuerdo con el sacerdote, una veintena de las presuntas víctimas lograron escapar y se trasladaron al municipio de Juan Rodríguez Clara, Veracruz, para entrevistarse con él.
Veracruz, que se extiende sobre la costa del Golfo de México, es una de las regiones más violentas del país por la presencia de cárteles de las drogas que también extorsionan migrantes y roban combustible, muchas veces con la complicidad de autoridades locales.
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Más de 500 mil personas cruzan clandestinamente la frontera sur de México cada año en su intento por llegar a Estados Unidos, según datos de Naciones Unidas. La mayoría son centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza de sus países.



