La diseñadora colombiana, Diana Sierra, creó un invento para que las niñas de Africa no tuvieran que dejar la escuela cuando estaban con su período menstrual.
Sierra llegó en el 2011 a Barara, una zona rural de Uganda, donde sólo tenía agua tres veces a la semana, seis horas de luz diaria y su dieta era a punta de fríjol, piña y maní. Empezó a trabajar con 45 artesanas y 4 hombres que tenían sida, porque no podían trabajar al sol, en una cooperativa que se llamaba Ekyroto (sueños, en quiña ruanda).
Mientras trabajaba con la comunidad y entre, canastos, accesorios y ropa, empezaron a llegarle un montón de niñas, entre los 11 y los 15 años, que buscaban trabajar en la cooperativa. Le llamó la atención que las pequeñas permanecían de brazos cruzados y descubrió que la menstruación era un problema para ellas, sobre todo las que vivían en zonas rurales.
Según sus investigaciones, el 40 % de las niñas en el mundo no tienen acceso a productos sanitarios cuando menstrúan.
Eso significaba que las niñas perdían una semana de clases cada mes. 'Entonces los padres piensan que la niña no rinde y la sacan. Las matrículas son caras, el machismo es brutal y se las llevan a trabajar a la finca. Me dije que no podía ser, que eso tenía que cambiar'', comentó Sierra al portal de noticias BBC.
Inspirándose en el recursivo McGiver, decidió crear el primer prototipo de toalla higiénica con tela de sombrilla y un mosquitero que tiene una durabilidad de un año. El mecanismo de la toalla es muy sencillo y funciona con un bolsillo de malla que se sella y se amarra a la parte inferior del calzón.
Allí se pueden insertar piezas de tela, papel higiénico, algodón o trapos para absorber el flujo.
Después Sierra creó el calzón que viene en tonos fuertes, coloridos y de encajes seductores. Estos, más seguros y fijos, tienen una durabilidad de dos años y funcionan bajo el mismo principios que las toallas sanitarias. Los materiales que van adentro del bolsillo se botan y se cambian, y los productos Be Girl se lavan y se reutilizan.
Hasta ahora, 15 mil calzones han sido entregados en varios países entre ellos: Uganda, Malawi, Tanzania, Ruanda, Malí, Jordania, Marruecos, Georgia, República Dominicana, Ghana, Sierra Leone, Islas Salomón y Estados Unidos.
Y así, con esa decisión empezó la historia de su marca, Be Girl, que lanzaría poco después junto al ecuatoriano Pablo Freund. La relación entre la menstruación y la deserción escolar no es fácil de demostrar', contó Sierra a la BBC.
Vía: laprensa.hn



