Les ponen precio a sus cuerpos como si fueran artículos de supermercados y dependiendo de su edad, nacionalidad y de lo que pida el cliente, así mismo cobran por su explotación.
La trata de personas configura a nivel mundial una de las violaciones más graves a los derechos humanos y constituye una de las formas más extremas de la violencia sexual y laboral contra las mujeres y hombres.
Son historias distintas, pero que tienen un mismo final. Las traen engañadas desde su país de origen para luego explotarlas sexual o laboralmente, siendo una pesadilla hecha realidad.
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'Mi Diario' tuvo la oportunidad entrevistar a una de estas mujeres. Utilizaremos un nombre ficticio para proteger su identidad.
Desgarrador testimonio
'Ana María' tiene 27 años y durante nueve meses tuvo una historia de violencia sexual en Panamá. Nació Maracay, Venezuela, y llegó a este país en agosto del 2017 a través de una amiga que contactó por Internet, sin imaginarse que trabajaba en una organización de explotación.
Ana María quedó huérfana cuando solo tenía 4 años de edad. A los 12 años salió embarazada. Su hermano mayor se hizo cargo de ella, lográndose graduar en la Universidad Bicentenaria de Aragua de abogada. Hoy su hijo mayor tiene 14 años, uno de 13 y 9 años, respectivamente.
Era propietaria de un negocio en Venezuela de vender embutidos, pero por la situación que hoy pasa ese país tuvo que cerrar.
Por problemas económicos se vino a Panamá a través de su amiga.
Al arribar al Aeropuerto Internacional de Tocumen la recibieron tres hombres y uno de ellos se encargaría supuestamente de los trámites migratorios y de conseguirle trabajo.
Al llegar a la residencia, el hombre le quitó el pasaporte con la excusa de comenzar con los papeles de migración.
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Su trabajo sería como salonera de un club nocturno, pero esto nunca fue así.
Cuando iba a comenzar a trabajar en ropas cortas y sin ropa interior, había días que tenía que estar totalmente desnuda. Ahí le explicaron que tenía que acostarse con clientes y le tocaría un porcentaje, que sería de 5 a 10 dólares por cliente, ya que tenía que terminar de pagar el boleto de avión, alquiler, empleada y comida.
No la dejaban salir y si lo hacía iban acompañada de alguien.
Diariamente tenía que tener relaciones sexuales con 6 a 7 hombres, donde en ocasiones la hicieron consumir cocaína, marihuana y una vez le inyectaron un liquido de color transparente, narró Ana con los ojos llorosos.
'Había clientes que le gustaban hacerle partícipe de sus adicciones al consumo de la cocaína, ya que les causa un placer sexual', dijo la joven madre mientras se manipulaba las uñas.
Algunas veces prefería hacerlo drogada'. Dijo que tenían que complacer a los clientes, lo que ellos pidieran: sexo anal, oral, vaginal, porque si se quejaban con los tratantes la castigaban dejándola sin comer y la golpeaban.
Eran hombres feos, chinos y hediondos y así teníamos que hacerlo. Nunca llegué a sentir un orgasmo, lo que sí sufrimiento', expresó.
Fin al infierno
Una noche en que los tratantes hicieron una fiesta donde había alcohol y drogas pudo escapar y durmió cuatro días en una casa abandonada sin bañarse ni comer con temor a que la atraparan.
Cuando decidió salir conoció a una señora que le dio una tarjeta y le dijo que tomara un bus vía España y que se bajara en la DIJ.
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Hoy tiene seis meses de libertad, trabaja y está ahorrando para traerse a sus tres hijos.
Negocio lucrativo
Iris Lara López, Fiscal Adjunta de la Fiscalía Especializada Contra la Delincuencia Organizada, explicó que los tratantes escogen a Panamá como país de destino para realizar este delito, ya que se ha identificado que las redes criminales que operaban son en su mayoría extranjeros.
Dice que la conversión del dólar para países como Nicaragua, Colombia y Venezuela nos hace atractivo como país para este tipo de redes criminales.
Destacó que este flagelo sí se puede erradicar estableciendo políticas públicas en materia de sensibilización y prevención, ya que estamos ante un delito que afecta los derechos humanos de las personas.
Se ha comprobado que en la mayoría de los operativos las víctimas son de nacionalidades como Colombia y Venezuela, en explotación sexual, y las edades oscilan de 18 a 35 años de edad.
Apoyo
Lola Barcala, directora ejecutiva de la Fundación X-ella’s, dijo que el auge de este delito de explotación sexual comenzó desde el año 2016 por el volumen de migración y desde ese entonces como fundación les ofrecen a las víctimas asesoría legal gratuita, atención médica y psicológica, alimentación y las resocializamos para las que quieran quedarse en Panamá y quienes no se les colabora para que regresen a sus países. Este año han atendido a 66 personas, explicó.
En marzo de este año, el papa Francisco advirtió que la trata de personas es un 'problema grave', y señaló que si un joven tiene la 'costumbre' de pagar por sexo es 'un criminal' y tortura a la mujer.
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Datos
El Código Penal en su artículo 456-A tipifica el delito contra la trata de personas:
- La sanción es de 15 a 20 años para quien la promueva o dirija, organice, financie, invite o gestione.
- La sanción es de 20 a 30 años cuando el hecho se ejecuta con engaño, coacción, violencia, fraude, retención o sustracción de pasaporte, documentos migratorios o de identificación personal.
Por: Jairo Cornejo | Mi Diario