Amigo lector, tómese un segundo y respire profundo. Estamos a punto de vivir un acontecimiento trascendental. Más allá de las creencias personales, la Jornada Mundial de la Juventud constituye un evento muy significativo para nuestro país.
Es que tanto la llegada de decenas de miles de jóvenes peregrinos como la presencia del papa Francisco nos colocarán en la primera plana de las noticias del mundo, proyectando nuestra mejor imagen y haciendo gala de la calidad y la calidez del pueblo panameño.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Editorial. Yo confieso...
Y lo digo –con toda modestia– por experiencia propia. La decisión de mi sinagoga Kol Shearith Israel (ubicada en Costa del Este) de recibir 50 peregrinos se convirtió rápidamente en una bonita historia que se hizo viral, no solo en Panamá, sino en el mundo entero.
Ejemplos similares fueron manifestados por otras tradiciones religiosas en cuestiones de alojamiento, comida, voluntariado y un largo etcétera, que demuestran no solo nuestra solidaridad con la Iglesia católica, sino también un reconocimiento de la importancia que esta jornada tiene para el país.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Únete a la fiesta. Hoy comienza la JMJ en ciudad de Panamá
Estos esfuerzos desinteresados son testimonio de nuestra realidad como sociedad, en donde la convivencia fraterna entre personas de distintas religiones, culturas, etnias y nacionalidades es moneda corriente. Somos un mosaico en donde la belleza de la imagen surge precisamente de la diversidad, del conjunto que se constituye a partir del valioso aporte de cada uno, con sus particularidades.
En este sentido creo que la elección de Panamá como sede de la Jornada Mundial de la Juventud ha sido muy acertada. Somos un país de encuentro y armonía y estoy seguro de que esto se verá reflejado durante los próximos días. Hoy más que nunca somos puente del mundo y corazón del universo.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Este es el programa oficial de la Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019
Por: Rabino Gustavo Kraselnik / rabinogustavo@kolshearith.org>