Las horas de angustia y desesperación se siguen sumando para los familiares de Rosa María Robles, de 16 años de edad, una adolescente que tiene 40 días sin que aún se sepa qué pudo ser de su paredero.
La menor residente en la comunidad de Villa Escondida, en el corregimiento de Pedregal, en David, Chiriquí, salió el pasado 29 de abril de la casa de su hermana para ir a dormir en una vivienda en Dolega y nunca se supo más de ella.
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Loiren Hernández, hermana mayor de Rosa, aseguró que a ella le pudieron haber hecho daño, incluso pese a mantener las esperanzas cifradas en que sea localizada con vida, dijo que su mal presagio se debe a las llamadas y mensajes que han recibido dejando entrever que ella no está extraviada, sino muerta.
Incautan datos
Aunque hasta el momento no hay detenidos por el caso de la joven, ayer, lunes, se llevó a cabo la audiencia de control de legalidad de incautación de datos, donde el juez Raúl Urriola acogió la solicitud emitida por la fiscal Yanela Ríos, que investiga un posible delito contra la libertad.
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Para ello se legalizó el seguimiento a unas seis líneas telefónicas con las que la desaparecida tuvo contacto antes, y que pertenecen a dos mujeres y un hombre que figuran dentro de la carpetilla.
Las autoridades confían que en estos aparatos puedan hallarse las conversaciones que conduzcan a la ubicación de la adolescente, o se den luces que puedan llevar con la pista de la chica.
Por: Zoila Mayanis Chávez | Mi Diario



