Bocas del Toro es uno de los destinos paradisiacos del caribe panameño. Su exótica naturaleza atrae a cientos de turistas, muchos de los cuales optan por quedarse a vivir.
Pero detrás de tanta belleza, también hay macabras historias de asesinatos y desapariciones de extranjeros.
El último de estos hechos se dio la tarde del domingo 5 de febrero, cuando miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta ubicaron muerta a la estadounidense Catherine Medalia Johannet, de 23 años de edad.
Su cuerpo presentaba un golpe detrás de la cabeza provocado con un objeto contundente, también evidenciaba signos de violencia en los brazos al ser sujetada y arrastrada por el área boscosa alejada de un sendero. La necropsia reveló que fue estrangulada y para ello se usó el pareo rosado que tenía puesto sobre su vestido de baño.
La joven llegó la mañana del jueves 2 de febrero y se instaló en un hostal situado en isla Colón, según información recopilada en la investigación. Luego comentó su interés de viajar a isla Bastimentos para realizar senderismo. Hasta allí se supo de Catherine.
Aunque se habla de ocho personas bajo investigación, para la población hay más preguntas que respuestas.
Víctimas del ‘Salvaje’
La historia nos ha demostrado que a Panamá han llegado extranjeros con el deseo de contribuir con el desarrollo del país. Pero también están los que solo buscan la oportunidad de hacer dinero, sin importarles que para ello tengan que matar.
Uno de los casos que conmocionó a la opinión pública fue el del asesino en serie William Dathan Holbert, alias 'William Adolfo Cortés' o 'Salvaje Bill', de nacionalidad estadounidense.
Sus víctimas fueron sus connacionales Cheryl Linda Hugues, Bo Barry Icelar, así como la familia de holandeses Michael Watson Brown, su esposa Manchittha Nankratoke de Brown y su hijo Watson Brown, de 16 años.
Los primeros en morir fueron los Brown, vistos por última vez el 12 de diciembre del 2007. Michael era un testigo protegido de la DEA.
Él y su familia eran propietarios de la finca Aguacate, ubicada en el corregimiento de Tierra Oscura, en Bocas del Toro, donde se dedicaban al cultivo de papaya, mangotín, naranjas, aguacate, plátano y maracayá, según consta en una resolución del Ministerio de Desarrollo Agropecuario.
Según consta en el expediente, 'Wild Bill' invitó a los Brown a la isla Cauchero, donde tenía la Villa Cortez. Ya instalados, bebieron y comieron y luego el 'Salvaje' llamó a Brown para mostrarle el terreno donde había mandado a abrir una fosa que supuestamente era para depositar desperdicios, pero allí mismo le dio un tiro en la cabeza y lo lanzó al hoyo. Después llamó al hijo de 16 años para mostrarle dónde yacía su padre y luego le disparó en la nuca. Por último, volvió a la Villa Cortez y le disparó a quemarropa a Manchittha Nankratoke de Brown. Toda esta carnicería para apropiarse de sus propiedades y de una cuenta de 300 mil dólares, la cual usaba de a poco con tarjeta de débito.
A Cheryl Linda Hugues la última vez que la vieron fue el 21 de marzo del 2009. Antes había participado con una amiga panameña de una fiesta que organizó William Holbert. La mañana siguiente, cuando se dirigían al muelle para regresar a casa, Bill le pidió a Cheryl que se quedara mientras que a la panameña, en un vulgar español, la echó.
Poco tiempo después el 'Salvaje Bill' aparecía como dueño del hostal Casa de Sapo, en isla Carenero, propiedad de Cheryl. A ella le propinó un tiro en la cabeza cuando se internaron de excursión en la selva.
Su última víctima fue Bo Barry Icelar, a quien contactó para comprarle sus propiedades. Bo tenía intenciones de regresar a vivir a su país en la Navidad del 2009.
Actualmente, el 'Salvaje Bill' se mantiene detenido en la cárcel pública de David, en Chiriquí, a la espera del juicio por esta serie de asesinatos.
Solo desaparecieron
Ese fue el caso de las holandesas Kris Kremers y Lisanne Froon, de 21 y 22 años, respectivamente, quienes fueron reportadas desaparecidas el 1 de abril del 2014 cuando ingresaron a recorrer el sendero El Pianista, en Boquete, Chiriquí, y luego parte de sus restos fueron hallados en las riberas del río Culebra, en Bocas del Toro (a 12 horas a pie de donde iniciaron su travesía).
Ambas habían llegado a Panamá en marzo del 2014 con la intención de aprender español y participar en labores de trabajo social.
Un dato curioso de este hecho es que un mes antes de cumplirse el año de la desaparición de Kris Kremers y Lisanne Froon, murió ahogado en el balneario Los Cangilones de Gualaca, en Chiriquí, Leonardo Arturo González, el conductor del taxi que llevó a las jóvenes holandesas hasta la entrada del sendero El Pianista, donde se les vio por última vez.