Los hallazgos fruto de un estudio llevado adelante por la consultora Gallup dejan en evidencia que más de la mitad de las personas que deciden renunciar a su trabajo lo hacen, no por una mejor oferta de otro empleador, sino para escaparle a un jefe con el que ya no pueden lidiar más dentro del ámbito laboral.
De un total de 7.272 encuestados en los Estados Unidos, uno de los mercados más competitivos a nivel global en lo que respecta al mundo laboral, más del cincuenta por ciento afirmó haber dejado un trabajo en el transcurso de su vida profesional para 'escaparle a su superior' y se esgrimen distintos motivos, como deficientes habilidades para ejercer sus roles de liderazgo o frustraciones diversas al ver que los distintos intentos de colaboración nunca llegarán a cumplir con las expectativas de los altos mandos.
Expertos en recursos humanos de las principales agencias de contratación corroboran el estudio de Gallup y aseguran que el llegar a sentir odio por un manager obliga a miles de personas cada año a renunciar a trabajos bien remunerados y con posibilidades de crecimiento, pero a la vez aseguran que son varios los pasos que se pueden tomar para intentar hacer de la relación jefe-subordinado una más llevadera.
En primer lugar, se recomienda mantener un canal de comunicación fluido, donde el proceso de retroalimentación conocido en inglés como feedback permita estar al corriente de las opiniones del jefe sobre el desempeño de su empleado a cargo.
La pregunta que se recomienda hacerse rutinariamente es: '¿Existe algo que pueda hacer o dejar de hacer para lograr que trabajar conmigo sea más productivo?'.
Los expertos aseguran que es importante aprender a callar y saber escuchar, por más que muchas veces la devolución no sea la esperada.
El próximo paso que tomar es asimilar la devolución recibida por parte del superior y realmente buscar las maneras de aplicar los cambios a la rutina laboral diaria con el objetivo de mejorar el desempeño, comunicando en el proceso al jefe en cuestión los pasos específicos que serán tomados para enfrentar el problema cara a cara y llegar a una solución.
Resulta fundamental no tomar una actitud a la defensiva a pesar de no coincidir con los puntos de vista del superior, intentando buscar al menos un punto con el cual coincidir y trabajar con base en ello.
Otra regla fundamental que seguir y muchas veces desestimada en entornos laborales donde se fomenta una relación de amor u odio hacia los superiores es evitar a toda costa, o al menos dentro del círculo de empleados en el contexto de trabajo, hablar de manera negativa sobre los superiores.
Los referentes en la materia aseguran que los comentarios peyorativos sólo alimentarán una mayor energía negativa dentro del entorno laboral y no ayudarán a mejorar el vínculo con los altos mandos.
Además destacan el hecho de que —a pesar de que algunos no lo parezcan y actúen en muchos casos como máquinas que sólo viven por y para su trabajo— los jefes también son humanos y valoran recibir por parte de sus subordinados comentarios positivos que les hagan sentir que están haciendo un buen trabajo como líderes de un equipo dentro de una organización.
Sin llegar a un nivel de adulación sospechosamente alevosa, un simple recordatorio de una buena decisión tomada sobre algo específico puede ayudar mucho a mejorar la relación diaria con un manager.
Como último recurso, los expertos reconocen que en muchos casos intentar mejorar una relación con un jefe con características despóticas natas puede significar una estrategia que no amerita ser tomada, al resultar una pérdida de tiempo para el empleado por estar estancado en una situación laboral dentro de la cual difícilmente pueda llegar a ascender o demostrar todas sus habilidades en un determinado proyecto.
Más allá de que trabajar con alguien con quien resulta imposible convivir puede ser catalogado como una de las experiencias más desgastantes que cualquiera puede atravesar, los consejeros en recursos humanos recomiendan nunca dejar un puesto de trabajo sin tener al menos opciones abiertas y sólidas a las cuales recurrir, sobre todo teniendo en cuenta que muchas firmas usualmente prefieren tomar a nuevos empleados que se encuentran laboralmente activos frente a candidatos desempleados.