Nuestra sociedad está atravesando momentos de mucha zozobra. Mantener la paz social es fundamental y para eso es indispensable encontrar un mecanismo para resolver los conflictos a través de un diálogo sincero basado en el respeto y la empatía, para lograr un diagnóstico preciso y la elaboración de planes y propuestas que brinden soluciones a las necesidades de la gente, especialmente a los sectores más vulnerables.
Paz en hebreo se dice Shalom. Significativamente viene de la misma raíz que la palabra SHALEM que quiere decir integridad y está vinculada a la palabra Shlemut, Perfección.
La paz es mucho más que la ausencia de conflictos es una sensación de plenitud que abarca todos los aspectos de la vida, del individuo y de la sociedad.
Y en este último sentido, la aspiración de la paz no puede hacerse realidad sino va acompañada de la justicia y la verdad, tal como lo expresara hace casi 2000 años atrás Raban Shimón ben Gamliel, quien fuera del judaísmo tras la trágica destrucción del segundo Templo de Jerusalén: “El Mundo se sostiene por tres cosas: por la justicia, por la verdad y por la paz.”
La justicia es considerada por la tradición judía como uno de los 13 atributos divinos. Dios es justo y demanda de los seres humanos, creados a su imagen, actuar con rectitud y ecuanimidad. Se trata además de intentar construir un sistema de relaciones basadas en la igualdad, en el respeto por el otro.
Por otra parte, la demanda de ser justos involucra la creación de un orden económico ecuánime en donde cada persona pueda alcanzar la satisfacción de sus necesidades básicas.
En hebreo la preocupación por los necesitados se denomina Tzedaká. Algunos la traducen como “caridad” pero en realidad esto no es correcto. Tzedaká viene de la misma raíz de la palabra Tzedek, Justicia. Es la obligación de aquellos que tienen de ayudar a los que no tienen.
Hablemos de la verdad. El libro de los Salmos denomina al Creador como el “Dios de la Verdad” y en la literatura talmúdica, también se considera a la verdad como uno de los 13 atributos de Dios.
En nuestra cita, Raban Shimón ben Gamliel se refiere a la verdad como uno de los valores sobre los que el mundo se asienta en el sentido de la autenticidad, de la sinceridad. Y esto significa obviamente que no debemos mentir (ni decir medias verdades), pero incluye también una noción más profunda: El valor de la verdad significa comprometerse con lo que creemos.
Debemos vivir una vida basada en nuestros valores. Debemos actuar con sinceridad, sin agendas ocultas ni intenciones solapadas y traducir esas creencias en acciones concretas
“El Mundo se sostiene por tres cosas: por la justicia, por la verdad y por la paz.” Los rabinos en el Talmud complementan la idea: “Estas tres cosas son en realidad una, pues si se alcanza la justicia se alcanza la verdad y se alcanza la paz.”
En estos tiempos complejos y desafiantes que enfrentamos como sociedad, hacemos votos para que, entre todos, actuando siempre con justicia y verdad, alcancemos la paz que tanto anhelamos.