La asombrosa Elysia chlorotica.
En las aguas poco profundas del Atlántico, desde Nueva Escocia hasta Texas, vive un molusco que parece sacado de un cuento de ciencia ficción: la Elysia chlorotica, o como ya la llaman muchos científicos, la “babosa solar”, fue descubierta en 1876 y es el único animal conocido por la ciencia que también realiza la fotosíntesis
Aunque se trata de un animal marino, esta criatura tiene un talento vegetal:
Puede hacer fotosíntesis, es decir, convertir la luz solar en energía. Pero no lo hace sola. Este molusco chupa el interior de un alga llamada Vaucheria litorea y roba sus cloroplastos, los orgánulos que permiten a las plantas hacer fotosíntesis. Luego, los incorpora en su cuerpo y los mantiene funcionales hasta por 10 meses.
Lo más increíble es que, durante ese tiempo, la babosa puede sobrevivir sin comer.
En vez de buscar alimento, simplemente se baña en el sol como si fuera una hoja. Su cuerpo, de un verde brillante, no solo le sirve para generar energía, sino que además le permite camuflarse en su entorno natural.
Aunque en algún momento se pensó que la babosa había incorporado genes de las algas para sostener la fotosíntesis, estudios recientes no han podido confirmar esa hipótesis. El mecanismo que permite que los cloroplastos sigan funcionando sigue siendo un misterio.
Además, cuando son jóvenes, estas babosas son de color marrón, pero tras alimentarse por primera vez del alga, se tornan completamente verdes.
También pueden reproducirse de forma cruzada, ya que son hermafroditas simultáneas, y ponen huevos en largas hileras.
La Elysia chlorotica es un recordatorio de que la naturaleza aún guarda secretos y misterios capaces de desafiar nuestros conocimientos más básicos en la ciencia.
¿Animal? ¿Planta? Tal vez ambos. Una vez más la naturaleza nos deja maravillados de sus bastas anécdotas.