Marcus Rashford encontró en el Barcelona el aire que necesitaba. Bajo la batuta de Hansi Flick, el atacante inglés recuperó su instinto goleador, como lo demostró en Champions con un doblete ante el Newcastle. El técnico alemán lo define como un “jugador excepcional”, y en un equipo donde Pedri y De Jong controlan el juego, el delantero aprovecha al máximo su velocidad y definición.
El Manchester United, aunque lo dejó partir en el verano pasado como parte de la reestructuración de Ruben Amorim, no se marcha con las manos vacías. La cesión de Rashford incluye una opción de compra de 26 millones de libras, cifra que se sumará íntegra a las finanzas del club por tratarse de un canterano. Además, la eliminación de su elevado salario permitirá a los “Diablos Rojos” planear refuerzos para 2026, con Carlos Baleba en el radar.
No hay vuelta atrás para Rashford en Old Trafford, pero su renacer en España demuestra que, a veces, el éxito de un jugador fuera de casa también puede ser un triunfo para el club que lo vio crecer.



