La mañana del miércoles 30 de julio no fue cualquiera en Río de Janeiro. La sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) fue allanada por la Policía Federal en una operación relacionada con presuntos delitos electorales cometidos en Roraima. La redada, parte de un caso que estalló en septiembre de 2024, tiene en la mira al actual presidente de la CBF, Samir Xaud.
El polémico caso electoral de Roraima vuelve a poner en la mira al fútbol brasileño y a sus líderes.Aunque la institución asegura que el operativo no tiene relación con sus actividades futbolísticas, el hecho de que las autoridades tocaran sus puertas ha generado un fuerte impacto mediático. El foco de la investigación gira en torno a la incautación de 500.000 reales —unos 89 mil dólares— hallados el año pasado en la ropa interior de un empresario vinculado al entorno político de Roraima. Xaud, oriundo de ese estado y exaspirante a diputado en 2022, aparece ahora mencionado en el expediente.
La sede del fútbol brasileño se convirtió en escenario de una redada que remueve viejas heridas institucionales.La CBF afirmó en un comunicado que el presidente “está tranquilo y a disposición de las autoridades” y que no se confiscaron documentos ni equipos durante el allanamiento. Sin embargo, el episodio reaviva la crisis de credibilidad que arrastra la organización desde la destitución de Ednaldo Rodrigues.
Xaud, de 41 años, médico y empresario, asumió el mando en mayo pasado en medio de una transición institucional. Su ascenso coincidió con la esperada llegada de Carlo Ancelotti como nuevo DT de Brasil. Sin embargo, los problemas extradeportivos parecen seguir siendo una constante.
Con Brasil a las puertas de las Eliminatorias rumbo a 2026, la pregunta sigue abierta: ¿afectará esta tormenta judicial al futuro del fútbol más laureado del planeta?



