Nunca antes un país había clasificado a cuatro equipos a octavos de final del Mundial de Clubes. Pero Brasil lo logró.
Palmeiras, Flamengo, Botafogo y Fluminense no solo dijeron presente, también mostraron que pueden ganarle a cualquiera.
Flamengo venció con contundencia al Chelsea, Botafogo le dio un baile al PSG y Fluminense resistió con garra ante el Borussia Dortmund. Solo Palmeiras la tuvo más complicada, pero empató ante Inter Miami y se quedó con el liderato de grupo.
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El Brasileirao vive un momento dulce. Su poder económico ha creado una brecha con el resto de Sudamérica y ha formado plantillas competitivas con talento joven y figuras internacionales. Mientras los europeos critican el calendario, los brasileños solo responden con fútbol.



