La megapelea entre el campeón indiscutible de peso Supermediano, Saúl “Canelo” Álvarez, y el invicto campeón en cuatro divisiones, Terence Crawford, está dando más giros que un uppercut bien clavado. Originalmente programada para el viernes 12 de septiembre en el Allegiant Stadium de Las Vegas, ahora se celebrará el sábado 13, en una sede aún por confirmar. Las ciudades que se manejan como posibles anfitrionas incluyen Nueva York, Los Ángeles y nuevamente Las Vegas, aunque en una arena distinta.
¿La razón?
Más que un ajuste logístico, se trata de una estrategia de impacto. La pelea, que será la primera organizada por la nueva promotora TKO Boxing, dirigida por Dana White (CEO de UFC) y Turki Alalshikh (autoridad del entretenimiento saudí), busca maximizar su visibilidad en un fin de semana caliente: el de la Independencia de México, donde la programación deportiva explota.
Pero hay un problema
Ese sábado ya está marcada la fecha para UFC 320, conocido como Noche UFC, y un partido entre UNLV e Idaho State en el mismo estadio originalmente previsto. Dana White, quien criticó duramente la idea de realizar la pelea en un estadio en vez de una arena, ahora está al mando de todo: promoción, producción, operaciones y relaciones públicas.
Como si fuera poco, el evento cambia también su modelo de distribución. De una posible transmisión por Netflix o alguna plataforma de streaming, se confirmó que será un evento de “pague por ver” (PPV), apuntando a cifras millonarias en ventas.