Horas antes del enfrentamiento entre los Dallas Cowboys y los Houston Texans, en el partido del lunes en la noche, todos pasaron un gran susto. Un trozo de metal cayó del techo del AT&T Stadium justo cuando los Cowboys lo abrían por primera vez desde 2021. La decisión de cerrar nuevamente el techo fue inmediata, pero no suficiente para calmar los ánimos.
🚨🚨🚨HORRIFYING VIDEO🚨🚨🚨
— MLFootball (@_MLFootball) November 19, 2024
The massive piece of sheet metal falling from the top of AT&T stadium… was literally just a couple feet away from potentially killing multiple people by the field.
😳
The 2024 Dallas #Cowboys. Disaster.pic.twitter.com/p0qhjHW7ZX
El incidente, aunque aterrador, es solo el capítulo más reciente de los problemas que rodean al AT&T Stadium. Desde su inauguración, el coloso de 1,200 millones de dólares ha enfrentado múltiples críticas, incluyendo el famoso “Curtain-gate”, donde el resplandor solar interfiere en la visibilidad de los jugadores. Incluso en su reciente enfrentamiento contra los Eagles, esta falla costó un touchdown al equipo local, demostrando que las molestias no son solo estéticas.
Pero en un tono desafiante, Jerry Jones no parece preocupado. “¿Derribaremos el estadio? ¿Estás de broma?”, comentó sarcásticamente, asegurando que los problemas del sol son algo que conocen bien y no justifican más inversiones. Su actitud refleja una filosofía de enfrentar la adversidad, incluso si viene de las mismas vigas que sostienen su estadio.
Mientras tanto, los Cowboys buscan superar tanto los desafíos estructurales como los deportivos. La derrota contra los Eagles fue humillante, y el equipo necesita urgentemente un cambio de rumbo para evitar que su temporada termine en desastre.
El AT&T Stadium sigue siendo un símbolo de grandeza y controversia, un gigante que refleja tanto las aspiraciones como los defectos de los Cowboys. Y mientras los problemas persistan, los aficionados seguirán preguntándose si el verdadero rival del equipo no es otro que su propia casa.