El 10 de julio de 2024, la Copa América se vio manchada por uno de los incidentes más lamentables en su historia reciente. Al finalizar el encuentro entre Colombia y Uruguay, lo que debía ser una jornada de fútbol apasionante terminó en una batalla campal, con jugadores uruguayos subiendo a las gradas para enfrentarse físicamente con aficionados colombianos. La respuesta de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) no se hizo esperar, y las sanciones emitidas por su Unidad Disciplinaria ya han dejado su marca en el fútbol continental.
Darwin Núñez del 10 de julio de 2024 en la semifinal de la Copa América ante Colombia. EFE/EPA/BRIAN WESTERHOLTDarwin Núñez, el talentoso delantero del Liverpool, se ha convertido en el principal protagonista de esta historia, pero no por sus goles. La Unidad Disciplinaria de Conmebol ha impuesto una sanción ejemplar de cinco partidos y una multa de 20,000 dólares, convirtiéndolo en el jugador más castigado por el incidente. Las imágenes no dejan lugar a dudas: Núñez fue captado lanzando una silla e intentando agredir a un aficionado, actos que no solo pusieron en peligro la seguridad de los presentes, sino que también dañaron gravemente la imagen del fútbol sudamericano.
Rodrigo Bentancur, otro pilar de la selección uruguaya, también se ha visto severamente afectado, recibiendo una sanción de cuatro partidos y una multa de 16,000 dólares. Aunque su participación en la pelea fue menos violenta que la de Núñez, su involucramiento directo en los disturbios justificó el castigo.
Mathías Olivera, Ronald Araújo y José María Giménez tampoco se salvaron. Los tres defensores recibieron una suspensión de tres partidos y deberán pagar 12,000 dólares cada uno. Este trío, fundamental en la defensa uruguaya, estará ausente hasta finales de octubre, dejando a la selección en una posición delicada para los próximos encuentros clasificatorios.
Otros jugadores como Santiago Mele, Matías Viña, Sebastián Cáceres, Emiliano Martínez, Facundo Pellistri y Brian Rodríguez, aunque no participaron directamente en la agresión física, fueron multados con 5,000 dólares cada uno por su comportamiento inapropiado.
Además de las sanciones individuales, la Conmebol también tomó medidas contra la Asociación Uruguaya de Fútbol, imponiendo una multa de 20,000 euros y sancionando a Marcelo Núñez, uno de sus directivos, con una prohibición de seis meses para ingresar a estadios en competiciones organizadas por la confederación.


