El caos y el descontrol se han apoderado de los seguidores de Kamala Harris tras su derrota frente a Donald Trump en una de las elecciones más polémicas de la historia reciente. Escenas de gritos, llantos incontrolables y hasta desmayos han inundado las redes sociales, mostrando un panorama inquietante: una auténtica crisis emocional colectiva.
En medio de esta ola de dramatismo
Hailey Ostrom, golfista profesional e influencer, ha alzado la voz con un mensaje que ha sacudido a muchos. “Contrólate”, fue la palabra clave en su contundente video, donde pidió calma a los votantes de Harris y cuestionó las reacciones extremas. “¿Por qué están actuando como si fuera el fin del mundo? Ya sobrevivimos cuatro años de Trump antes. No es tan grave”, dijo con su característico tono directo.
Ostrom no se quedó solo en la crítica, sino que también expuso lo que considera un problema más profundo: la fragilidad mental de una parte de la población. “La gente está llorando y desmoronándose. ¿De verdad esto es nuestro mayor problema en Estados Unidos? Somos unos privilegiados”, sentenció, generando una ola de reacciones en redes sociales.
El comportamiento desbordado de algunos seguidores de Harris no ha pasado desapercibido para los expertos. La psicóloga clínica Amanda Levinson explicó: “Estamos viendo cómo la política se ha convertido en un detonante emocional importante. Estas reacciones no solo reflejan el miedo al futuro, sino una falta de herramientas para manejar la incertidumbre”. Levinson destacó que el colapso emocional en masa podría ser un síntoma de un problema más profundo en la salud mental del país.
Por otro lado, Ostrom también apeló a la autocrítica, instando a sus seguidores a reflexionar sobre cuánto realmente había cambiado sus vidas bajo el mandato anterior de Trump. “Pregúntense: ¿qué fue lo peor que les pasó entonces? ¿Fue un cambio significativo o solo el ruido mediático?”, agregó, llamando a desconectar de las noticias y poner las cosas en perspectiva.
La respuesta de Ostrom ha sido polarizante
Mientras algunos la aplauden por decir lo que muchos piensan, otros la acusan de insensible. Pero lo cierto es que su mensaje toca un nervio expuesto en una sociedad que parece cada vez más polarizada y emocionalmente reactiva. ¿Será este el momento en que los estadounidenses comiencen a cuestionar la manera en que procesan las derrotas políticas? Para Ostrom, al menos, la respuesta es clara: es hora de calmarnos y seguir adelante.
