La muerte de Chris Raschke, el domingo 3 de agosto, sacudió el evento más esperado de las carreras de velocidad terrestre, la SpeedWeek en Bonneville Salt Flats, Utah. Chris Raschke, un piloto veterano que llevaba más de 40 años en el mundo del automovilismo, perdió la vida mientras intentaba establecer un nuevo récord de velocidad en su vehículo Speed Demon III.
DEATH at 280mph
— RT (@RT_com) August 5, 2025
Chris Raschke lost control of his vehicle while attempting to set a land speed record at Utah’s Bonneville Salt Flats
He was given treatment at the scene but died of his injuries pic.twitter.com/5IRH08Bdb1
El piloto, que viajaba a 454 km/h, perdió el control del coche a unas 4 kilómetros del inicio de la carrera. A pesar de la rápida intervención de los profesionales médicos que lo atendieron en el lugar, Raschke no sobrevivió a las graves heridas.
Este trágico suceso ha dejado una marca imborrable en la comunidad del automovilismo, donde Raschke era considerado una leyenda. Conocido no solo por su habilidad como piloto, sino también por su dedicación al desarrollo de vehículos de alto rendimiento, su pérdida es un golpe para todos aquellos que lo conocieron.
Horas antes del accidente
Mixed emotions as we leave Bonneville Salt Flats on our way to @Racewashington
— Rise Motorsports (@risemotorsports) August 5, 2025
We had fun interacting w/ Speedweek fans but the racing community lost one of its own with the passing of Chris Raschke yesterday afternoon.
Now to start 9hr drive to Richland WA@ARCA_Racing pic.twitter.com/SUPfjDd0Jx
Las Salinas de Bonneville, ubicadas a 160 kilómetros al oeste de Salt Lake City, son conocidas mundialmente como el escenario donde se baten récords de velocidad. Esta superficie blanca y plana ha sido testigo de innumerables logros, pero también de tragedias como la de Raschke.
Aunque la comunidad del automovilismo acepta que este es un deporte peligroso, la muerte de Raschke subraya los riesgos que los pilotos asumen al intentar alcanzar límites de velocidad nunca antes vistos.
Chris Raschke, con su Speed Demon, desafiaba los límites de la velocidad en el legendario Bonneville Salt Flats.Raschke, quien además de piloto trabajó en la industria automotriz, dedicó su vida a la velocidad. Con su equipo Speed Demon Racing, había logrado varios récords, pero este domingo, su nombre se sumó a la triste lista de víctimas de la velocidad en Bonneville. La comunidad de carreras lamenta profundamente su partida.



