En la Eurocopa 2024, Portugal y Eslovenia protagonizaron uno de los encuentros más emocionantes del torneo, definido en una dramática tanda de penales. Tras un partido sin goles durante 120 minutos, el arquero portugués Diogo Costa se erigió como el héroe al detener tres cobros consecutivos, asegurando el pase de su equipo a los cuartos de final.
Desde el primer minuto, Portugal dominó la posesión del balón gracias a la labor en el centro del campo de Vitinha y Joao Palhinha. Sin embargo, los lusos carecieron de profundidad en sus ataques iniciales, y Eslovenia, liderada por Jan Oblak, supo contener los embates. Cristiano Ronaldo estuvo cerca de abrir el marcador con un potente disparo que rozó el larguero, y Palhinha estrelló un remate en el poste justo antes del descanso.
En el segundo tiempo, Portugal salió con mayor determinación. Un libre directo de Cristiano Ronaldo fue despejado por Oblak con los puños, mostrando la fortaleza del guardameta esloveno. Eslovenia tuvo su oportunidad más clara en los pies de Benjamin Sesko, quien no pudo concretar tras la intervención oportuna de Pepe.
Roberto Martínez realizó cambios tácticos, introduciendo a Diogo Jota y Francisco Conceiçao para añadir frescura y profundidad al ataque portugués. Sin embargo, Eslovenia resistió y el partido se encaminó a la prórroga. En el tiempo extra, un penalti sobre Diogo Jota fue cobrado por Cristiano Ronaldo, pero Oblak volvió a lucirse al detener el disparo del capitán luso.
La segunda mitad de la prórroga evidenció el desgaste físico de ambos equipos. Eslovenia, con una defensa férrea, apenas dejó espacios para los atacantes portugueses. Portugal, por su parte, mostró signos de desesperación en sus intentos por romper el empate.
Llegó el momento decisivo. La tanda de penales. Cristiano Ronaldo, Bruno Fernandes y Bernardo Silva convirtieron sus cobros. Pero la verdadera estrella fue Diogo Costa. El joven arquero portugués demostró una templanza y habilidades extraordinarias bajo la presión más intensa del torneo. Atajó tres penales consecutivos con una destreza impresionante, llevando a su equipo a la victoria con un marcador de 3-0 en la tanda de penales.
Diogo Costa no solo detuvo los disparos, sino que se convirtió en el símbolo de la esperanza y la fortaleza del equipo portugués. Su actuación bajo los tres palos fue la clave para que Portugal avanzara a los cuartos de final, enfrentándose ahora a Francia en un duelo que promete ser otro emocionante capítulo de este prestigioso torneo.