En Nueva York no solo se reza en las iglesias... también en el Madison Square Garden. Y ahora, más que nunca. La reciente elección de Robert Prevost como Papa León XIV ha generado un inesperado furor entre los seguidores del equipo de la Gran Manzana.

¿La razón?
Todo apunta a su pasado universitario. Prevost, primer Papa estadounidense de la historia, es egresado de la Universidad de Villanova, institución famosa no solo por su calidad académica, sino también por su tradición en el baloncesto.
Esa coincidencia es lo que ha disparado en redes sociales la idea de que “El papa está con los Knicks” o que el Papa podría tener una simpatía por el equipo, pero él nunca ha declarado ser seguidor ni del equipo ni de la NBA en general.
De hecho, lo único que se sabe es que en 2016, cuando era obispo en Perú, celebró el título de Villanova en sus redes sociales, lo que demuestra su cariño por su universidad.

Curiosamente, tres piezas claves de los Knicks, Jalen Brunson, Josh Hart y Mikal Bridges, compartieron gloria como campeones universitarios en 2016 con esa misma camiseta. Incluso periodistas deportivos se sumaron a la ola de fe. Frank Isola, voz respetada en el ámbito neoyorquino, aseguró en sus redes que con un “Wildcat” al mando en el Vaticano
BRUNSON HITS TWO FREE THROWS.
— NBA (@NBA) May 8, 2025
BRIDGES TAKES THE BALL AWAY.
KNICKS TAKE 2-0 SERIES LEAD. pic.twitter.com/NbyRwQri9O
Incluso el propio Spike Lee y millones de fanáticos ya rezan con más fuerza: “Con León XIV de nuestro lado, todo es posible”. La franquicia que parecía maldita ahora se siente tocada por la mano divina. La misión está clara: romper la sequía, conquistar la gloria y demostrar que, esta vez, los cielos sí están pintados de azul y naranja.
Desde 1973, el anillo de la NBA se les ha escapado de las manos, pero en Nueva York la fe se ha renovado. La elección de León XIV, el primer Papa estadounidense y orgulloso exalumno de Villanova, ha encendido la ilusión en la Gran Manzana. Los Knicks, históricamente marcados por la mala suerte en los playoffs, ahora se sienten protegidos desde las alturas.
Nueva York, siempre apasionada y supersticiosa, ya tiene claro su mantra: con el Papa de Villanova, todo es posible.