Ichiro Suzuki, la icónica estrella de los Marineros de Seattle, fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown. Con el 99,7% de los votos, Ichiro se quedó a un solo voto de la unanimidad, un honor que solo ha alcanzado Mariano Rivera. Sin embargo, el jugador japonés mostró su carácter humilde y carismático al invitar, entre risas, al escritor que no votó por él a su casa para “charlar un rato”.
La carrera de Ichiro en las Grandes Ligas es, sin duda, una de las más impresionantes de la historia. Desde su debut en 2001, donde fue nombrado tanto Novato del Año como Jugador Más Valioso, hasta su retiro en 2019, Ichiro acumuló estadísticas asombrosas: 3.089 hits, un promedio de bateo de .311 y 509 bases robadas. Además, su estilo único de juego y ética de trabajo lo convirtieron en un ícono global del deporte.
Antes de su éxito en la MLB, Ichiro dominó en Japón, donde jugó nueve temporadas con los Orix Buffaloes y obtuvo siete títulos consecutivos de bateo entre 1994 y 2000. Este año también fue elegido al Salón de la Fama del Béisbol Japonés con un 92,6% de los votos.
Ichiro es el primer jugador asiático en ser incluido en el Salón de la Fama de la MLB, un logro que subraya su impacto en la globalización del béisbol. Aunque le faltó un voto para la unanimidad, Suzuki dejó claro que lo importante es estar en Cooperstown, no cómo se llega. “Estoy agradecido por estar aquí”, expresó.