A lo largo de sus 15 años en la NBA, Stephen Curry ha demostrado ser el mejor tirador de triples de la historia del baloncesto. Con momentos que dejaron huella, ha protagonizado algunos de los tiros más memorables y decisivos que jamás se hayan visto. Desde tiros ganadores en partidos de temporada regular hasta triples decisivos en finales olímpicas, Curry ha redefinido lo que significa dominar desde la línea de tres puntos.
Uno de los momentos más recientes en su carrera fue en los Juegos Olímpicos de París, cuando cerró el partido por la medalla de oro contra Francia encestando cuatro triples consecutivos en los últimos dos minutos. Pero fue el último, conocido ahora como la “daga de oro”, el que selló la victoria para Estados Unidos. Con dos defensores sobre él, Curry se detuvo, lanzó un triple desequilibrado y vio cómo el balón se hundía en la red, provocando la euforia del equipo estadounidense y los fanáticos en las gradas.
All THIRTEEN of @StephenCurry30's Record-Breaking Threes vs. New Orleans! #NBAHistory #DubNation pic.twitter.com/MKyB76DTLD
— NBA (@NBA) November 8, 2016
Aunque ese tiro fue crucial, Curry aún recuerda con cariño otro momento icónico de su carrera: su triple de 38 pies contra el Oklahoma City Thunder en 2016. Ese tiro no solo fue decisivo para ganar el partido, sino que igualó el récord de triples en un solo juego y fue clave en una temporada histórica para los Golden State Warriors, quienes terminaron con el mejor récord de victorias en la historia de la NBA (73).
Con estos tiros, y muchos otros, Curry ha dejado claro que su impacto en el baloncesto trasciende el tiempo y las fronteras. Su legado como uno de los más grandes de la historia está asegurado, no solo por los títulos, sino por esos momentos de pura genialidad que quedarán para siempre en la memoria del deporte.