El United se quedó con un partido que pidió nervios de acero
Un agarrón de Jaidon Anthony a Amad, que arrancó fuera del área y terminó dentro, fue revisado por el VAR durante cuatro minutos. El árbitro Sam Barrott corrigió su “no hay penal” y apuntó al punto blanco. Bruno Fernandes, con el fallo reciente ante el Fulham aún fresco, lo ejecutó como veterano: rasante, esquinado, imposible. 3-2 y rugido en Old Trafford.
No todo fue fiesta
Altay Bayindir falló en el 2-2 tras un disparo de Loum Tchaouna que parecía controlado; el rebote dejó servido el gol y reabrió un debate que ya venía caliente por el error de Onana en la EFL Cup. No extraña que el club acelere por el belga Senne Lammens.
Bryan Mbeumo celebra su primer grito liguero como Red Devil, asistencia de Dalot.Antes, Bryan Mbeumo había ofrecido su mejor versión: movilidad, lectura y gol tras centro tenso de Dalot. Burnley, competitivo y valiente con Scott Parker, golpeó con Lyle Foster y coqueteó con el segundo, anulado por milímetros. También apareció Hannibal Mejbri para amenazar a su ex.
La nota gris en esta historia
Matheus Cunha se marchó tocado del isquio. Con dos semanas sin partido y un regreso bravo ante el City, Chelsea y Liverpool, Amorim ganó oxígeno, pero sabe que las tareas pendientes están a la vista: salud, arco y menos concesiones. Hoy ganó el carácter.



