El proceso de candidaturas para los Mundiales de Fútbol de la FIFA en 2030 y 2034 ha entrado en una fase decisiva, con la reciente entrega de expedientes en París. Este evento no solo marca un hito importante en la historia del fútbol mundial, sino que también refleja las complejas dinámicas geopolíticas y culturales que rodean a la organización de un evento de esta magnitud. La competencia para ser el anfitrión de estos torneos ha reunido a coaliciones de países que buscan no solo albergar partidos de fútbol, sino también proyectar su imagen a nivel internacional y dejar un legado duradero.
En un momento crucial para el futuro del fútbol, dos grupos de países han presentado sus candidaturas para los Mundiales de 2030 y 2034. La candidatura ibérica junto con Marruecos para 2030 y la de Arabia Saudí para 2034 han entregado sus expedientes de candidatura a la FIFA, buscando ganar la oportunidad de ser anfitriones de estos prestigiosos torneos. Este proceso no solo es un reflejo de la pasión global por el fútbol, sino también de los intereses estratégicos y económicos de los países involucrados.
La candidatura ibérica, que incluye a España, Portugal y Marruecos, para el Mundial de 2030, se presenta como una celebración de la diversidad cultural y la unidad entre continentes. Este consorcio busca resaltar la riqueza histórica y la experiencia organizativa de España y Portugal, combinadas con el creciente interés de Marruecos en consolidarse como un destino deportivo de primer nivel. Además, la presencia de Marruecos añade un componente africano significativo, lo que podría ser un factor decisivo para atraer votos a favor en la elección final.
Por otro lado, la candidatura de Arabia Saudí para el Mundial de 2034 se centra en el impresionante desarrollo de infraestructuras y la capacidad de organización del país. Arabia Saudí ha estado invirtiendo fuertemente en deportes y entretenimiento, buscando diversificar su economía y mejorar su imagen internacional. Con la participación activa del gobierno y la promesa de estadios de última generación, esta candidatura también resalta el compromiso del país con la sostenibilidad y la innovación.
Ambas candidaturas enfrentan desafíos y críticas. La candidatura ibérica debe demostrar que puede manejar la logística de un evento en tres países, mientras que la de Arabia Saudí enfrenta preguntas sobre derechos humanos y la inclusión de la comunidad LGBTQ+. Sin embargo, ambas tienen el potencial de ofrecer experiencias únicas para los aficionados y jugadores por igual.
