No había forma de que el noruego Karsten Warholm pudiera estar decepcionado. Saltó las 10 vallas, superó a sus siete rivales, ganó su segunda presea de oro consecutiva en un Mundial y siguió invicto en 2019, año en el que ha ganado sus nueve competiciones.
Pero ese récord mundial sigue sin caer, tal como ha ocurrido en cada carrera de 400 metros con vallas desde 1992, cuatro años antes de que naciera Warholm.
En una carrera considerada ideal para quebrar al fin esa marca establecida hace 27 años, Warholm cerró el programa del lunes completando su recorrido en 47,42 segundos. Se quedó a 64 centésimas del récord que posee todavía Kevin Young.
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El noruego se impuso a otros dos atletas que ostentaban en su currículum tiempos inferiores a los 47 segundos: el estadounidense Rai Benjamin y Abderrahman Samba, nacido en Arabia Saudí y quien compite para Qatar, el país anfitrión.
Warholm se unió a Edwin Moses, el dominicano Félix Sánchez y Kerron Clement entre los atletas que han ganado en dos mundiales consecutivos esta prueba. Sin embargo, no pudo eludir la pregunta de por qué un récord tan añejo sigue vigente.
“Para ser sincero, no me importa”, respondió. “Si yo hubiera ganado la medalla de oro con un tiempo de un minuto, también estaría feliz. No voy con la intención de romper el récord mundial, sino de divertirme y ganar la carrera”.
En cualquier otro país, una medalla de bronce para un deportista local, como la que consiguió Samba, habría generado ovaciones atronadoras. Pero para el momento en que este atleta naturalizado superó al marfileño Kyron McMaster en los últimos 50 metros para ganar lo que podría ser la única presea de Qatar en este Mundial, buena parte del escaso público se había marchado.
La cuarta jornada del Mundial deparó también algunas sorpresas.