El Estadio Rod Carew fue testigo de una batalla épica en el torneo panamericano Premundial de béisbol U18. Panamá, jugando con el orgullo de ser anfitrión, se enfrentó a una poderosa selección de Estados Unidos que llegaba invicta al duelo final. A pesar de la derrota por 4-2, la selección panameña mostró una garra y determinación que resonarán en la memoria de los aficionados al béisbol por mucho tiempo. Este torneo no solo dejó en claro la superioridad estadounidense, sino que también subrayó el crecimiento y la calidad del béisbol juvenil panameño, asegurando un lugar en el próximo Mundial.
El partido comenzó con una alta tensión en el ambiente. Estados Unidos, acostumbrado a dominar desde el primer inning, encontró en Panamá un rival que no estaba dispuesto a ceder terreno fácilmente. Los norteamericanos abrieron el marcador en la segunda entrada gracias a un error defensivo de los panameños, que permitió a Nico Partida avanzar a la base y luego anotar impulsado por un sencillo de Brayden Jaksa. Este error inicial podría haber desmoronado a un equipo con menos experiencia, pero Panamá se mantuvo firme.
El tercer episodio fue una prueba de fuego para los panameños. Con el marcador en contra, el equipo local logró empatar gracias a tres imparables consecutivos. Joey Wood, un nombre que se destacó durante todo el torneo, cruzó el plato y encendió la esperanza en las gradas del Rod Carew. Sin embargo, una jugada de doble matanza apagó la ofensiva panameña y dejó dos corredores en base, un reflejo de las oportunidades que se le escaparon al equipo local durante el partido.
La defensa panameña mostró su temple en el cuarto episodio, pero no pudo evitar que Estados Unidos retomara la ventaja con un sencillo de Grady Emerson, que permitió a Josh Owens anotar. Panamá, con la presión de responder en casa, igualó el marcador en la quinta entrada gracias a otro impulso de Joey Wood. Sin embargo, la falta de contundencia al bate y la eficiencia del bullpen estadounidense, liderado por Dylan Wood y rematado por Rummel Cooper, fueron demasiado para la ofensiva panameña.
El sexto episodio fue el punto de quiebre. Estados Unidos anotó dos carreras más, consolidando una ventaja que Panamá ya no pudo revertir. En la última entrada, Cooper subió al montículo con una serenidad inquebrantable y en tan solo siete lanzamientos aseguró el salvamento y la medalla de oro para su equipo.
A pesar de la derrota, Panamá tiene mucho que celebrar. Clasificar al Mundial U18 es un logro inmenso, y el desempeño del equipo dejó claro que están listos para competir al más alto nivel. Jugadores como Abel Váldez y Joey Wood han demostrado ser la próxima generación dorada del béisbol panameño.


