El boxeo se pone sabroso para fin de año
Jake Paul, el “influencer” que se hizo peleador a base de trabajo y reflectores, se medirá con Gervonta “Tank” Davis, uno de los pegadores más temidos libra por libra. La cita es el viernes 14 de noviembre en el State Farm Arena de Atlanta y se verá solo por Netflix, sin costo adicional para quienes ya pagan su plan. Faltan por oficializar el peso pactado y la cantidad de asaltos, pero el anuncio ya mueve números y egos.
Los datos fríos pintan la brecha
Paul, 6’1”, peleó en 199.4 lb en junio y mejoró su marca a 12-1 (7 KOs) tras una clara decisión sobre Julio César Chávez Jr. Esa victoria, además, le abrió la puerta del ranking crucero de la AMB, donde ya aparece #14. Davis, en cambio, es rey en 135 libras, mide 5’5½” y viene de un empate mayoritario frente a Lamont Roach Jr. en marzo, un resultado envuelto en polémica por una rodilla al piso que el réferi no contó como caída. Su récord: 30-0-1, con 28 rivales dormidos.
Para Atlanta, esto es déjà vu. “Tank” conoce la ruta a los camerinos del State Farm: ahí se coronó ante Yuriorkis Gamboa en 2019 y luego subió a 140 para tumbar a Mario Barrios en 2021. No, no es una plaza novata; es territorio donde Davis ya vendió todo.
¿Qué cambia ahora? El tamaño del reto.
Paul trae kilos, alcance y hambre de “legitimidad”; Davis responde con timing, lectura y una pegada que hace ruido en tres divisiones. Si el peso se negocia en un punto medio y hay guantes chicos, cada segundo valdrá oro. Mientras, Netflix sonríe: ha encontrado en el ring un imán para Gen Z y público casual.



