En un mundo donde los deportes extremos suelen asociarse con BMX o skateboarding, Aaron “Wheelz” Fotheringham ha cambiado las reglas del juego al convertir su silla de ruedas en un vehículo para romper récords y barreras.

Un atleta admirable
Desde los “skateparks” de Las Vegas hasta la Giganta Ramp de Nitro Circus, este atleta de 32 años ha demostrado que la discapacidad no define los límites del ser humano, sino su imaginación. Aaron nació con espina bífida, una condición que podría haber limitado su movilidad. Sin embargo, en lugar de aceptar restricciones, decidió reinventarlas. Inspirado por su hermano mayor y motivado por un espíritu indomable, Aaron desarrolló el WCMX, un deporte que mezcla elementos del BMX y el “skateboarding”, pero desde la perspectiva de una silla de ruedas.
Aaron Fotheringham's WCMX skills are elite 🔥 pic.twitter.com/uBssCol2Vx
— Guinness World Records (@GWR) January 10, 2024
Leyenda del deporte extremo
Su primer “backflip” en 2008 marcó un antes y un después, pero no fue el único logro épico en su carrera. El 20 de julio de 2018, Aaron estableció tres récords Guinness en un solo día, destacándose el salto de rampa en silla más largo de la historia, alcanzando 21,35 metros. Pero los logros no siempre han sido fáciles; cada truco está cargado de caídas, golpes y lesiones. Sin embargo, Aaron nunca ha dejado que el miedo lo detenga, mostrando una resiliencia que inspira a millones.
MONDAY MOTIVATION
— GoodNewsMovement (@GoodNewsMVT) April 10, 2023
Aaron "Wheelz" Fotheringham is an extreme wheelchair athlete who performs tricks adapted from skateboarding & BMX.
Aaron was born with Spina Bifida, a birth defect of the spinal cord, which resulted in him having no use of his legs.
(🎥:aaronwheelz) pic.twitter.com/f9tkjPwSNg
Más allá de los récords, Wheelz ha convertido su pasión en una plataforma para el cambio. Como defensor de los deportes para discapacitados, su mensaje es claro: “Una silla de ruedas no es una barrera, es una herramienta de libertad”.
Ahora, recorriendo el mundo con Nitro Circus, sigue desafiando la gravedad y las expectativas. La historia de Aaron Fotheringham es un recordatorio de que los límites existen solo para ser superados.
Con su inconfundible silla verde brillante y su actitud intrépida, continúa demostrando que, en el deporte y en la vida, todo es posible.