Este sábado 31 de mayo, el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis será el escenario de un partido de alto voltaje: los New York Knicks visitan a los Indiana Pacers en el sexto juego de la final de la Conferencia Este de la NBA. La serie, que parecía inclinarse a favor de Indiana, tomó un giro inesperado tras la victoria contundente de los Knicks por 111-94 en el quinto juego, gracias a un Jalen Brunson imparable con 32 puntos y a un Karl-Anthony Towns dominante bajo el aro con 24 puntos y 13 rebotes.
Ahora, con la serie 3-2 a favor de Indiana, los Pacers buscarán cerrar la eliminatoria frente a su público, pero los Knicks llegan con la moral en alto, respaldados por su defensa sofocante y el impulso emocional tras el triunfo en el Madison Square Garden. “Vamos paso a paso, un cuarto a la vez”, dijo Brunson, dejando clara la mentalidad del equipo.
La defensa de los Knicks, dirigida por Tom Thibodeau, fue crucial para frenar el ataque de Indiana en el último juego, dejando a Tyrese Haliburton en apenas 8 puntos. Si logran replicar ese esquema, podrían empujar la serie a un séptimo juego en Nueva York. El reto para Indiana será recuperar su ritmo ofensivo, liderado por Bennedict Mathurin, quien anotó 23 puntos el jueves.
El sábado no solo se juega un partido: se define el futuro de la serie y, posiblemente, de la temporada para ambos equipos. Un tropiezo de los Pacers abriría la puerta a un vibrante y decisivo juego 7 en el Madison Square Garden. Pero Indiana, con el respaldo de su afición, quiere evitarlo y avanzar a las Finales de la NBA.