Shai Gilgeous-Alexander no solo conquistó la NBA con puntos y trofeos, también con una historia que inspira a cualquiera que lo haya visto crecer en Oklahoma City. En seis temporadas, la narrativa sobre él cambió radicalmente: de ser considerado apenas un All-Star de relleno a convertirse en el líder absoluto de los Thunder y en el MVP de la temporada 2024-25, coronado además con el campeonato de la NBA.
La estrella de OKC dirigiendo el ataque con su estilo elegante y creativo. (Baloncesto) EFE/EPA/MANUELA SOLDI SHUTTERSTOCK OUT
Lo que llama la atención es la forma en que cada año superó su propio techo. En 2020-21 promedió 5,9 asistencias por partido; en 2024-25 alcanzó las 6,4, marcando su récord personal. No solo se trataba de anotar, sino de crear juego, abrir espacios y dar pases imposibles. Oklahoma City vivió momentos inolvidables en los playoffs, con jugadas de fantasía: un pase sin mirar sobre el hombro contra Memphis, o aquel entre las piernas en las Finales del Oeste que dejó al público sin aliento.
El “SGA effect” no fue casualidad: trabajó en silencio, fortaleció su juego de media distancia y convirtió cada crítica en motivación. Hoy, Oklahoma celebra tener a un jugador que pasó de ser promesa a leyenda en tiempo récord.


