Un viaje por las mejores composiciones de Marden Paniza, así fue el homenaje en honor a este músico guna que hace un año dejó la vida terrenal, víctima de la covid-19.
Sus compañeros de la banda Bannaba Project hicieron vibrar de emoción la sala del teatro Anita Villalaz el pasado sábado 15 de enero, ya que cada pieza escogida por su compañero Olaideginya Benítez evocaba los gustos de Marden, pero al mismo tiempo simulaba un viaje al más allá que, contado por los gunas, está lleno de colores y música.
La noche empezó con una carta del poeta guna Aiban Wagua a Marden Paniza, una prosa poética que fue leída por el cuentacuentista José Ángel Colman en que le decía: “Tu canto sigue sonando. Estás presente entre nosotros. Tu espíritu nos fortalece a través de la música y el canto... Tu canto ahora es nuestro camino”.
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No podía faltar la presentación de la danza guna a cargo de Siggwigun Galu (Paraíso de Aves), que ha estado acompañando a Bannaba Project.
El invitado de la noche fue Ariel Blanco, quien junto a Domingo Muñoz interpretó muchas dedicatorias a quienes han sido víctimas de covid-19.

LAS COMPOSICIONES
“De Yandub a Aspinwall”, fue la primera pieza que interpretó la banda Bannaba Project y es una de las composiciones que en efecto hace navegar a quienes se queden escuchando sus notas musicales. Se trata de un viaje en bote, o en barco desde Yandub (conocido también como Nargana, en Guna Yala, de donde era oriundo Marden) hasta Aspinwall, como era conocida la ciudad de Colón.
Y es que este músico primero llegó a este sector cuando decidió venir a Panamá.
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De allí siguió “Darién Irabakari”, en homenaje a la mujer emberá, en que la sobrina de Marden, Egnis Paniza, cantó en lengua emberá. Otro tema fue “Hermanos del Sur”, dedicado a los pueblos indígenas de Suramérica, con sonido andino, pero con un estilo muy propio de Paniza, con jazz y sonidos de gammu (flautillas) gunas. También interpretaron “Bannaba”, “Wago”, “Uagi boe” y “Gaimau”, cada una con sus significados espirituales en el mundo guna.
EL TECLADO
Normalmente, durante su presentación, ya sea con Bannaba Project o con los muchachos de la Orquesta Dule, Marden Paniza siempre era el hombre del piano, pero esta vez el teclado fue ocupado por Roberto Benítez, un joven de Uggubseni.

“Yo no siento que estoy reemplazando al maestro Marden”, dijo en tono de seriedad y humildad. “Es como un agradecimiento. Pero es una ocasión muy especial. Es como si él estuviera de viaje”, prosiguió el también hijo de Olaideginya Benítez, quien ahora maneja Bannaba Project.
Roberto ya había estado en Bannaba Project, de 2014 a 2019, según contó.
La noche cerró con la voz de Jordy Alvarado, quien cantó “Nabguana” (Tierra Hembra).
