Fuego, explosiones y luto. Irán e Israel siguen enfrascándose con ataques directos, y el saldo ya supera los 400 muertos, en lo que muchos analistas ya califican como el episodio más peligroso desde la guerra del Golfo.

En Israel, la alarma sonó fuerte en Haifa, donde un misil impactó un edificio residencial. Otro cayó en el este de Tel Aviv, y al menos cuatro personas resultaron heridas en Laquis.

Según Magen David Adom, el servicio de emergencias israelí, ya suman 13 muertos en territorio israelí desde que iniciaron los ataques.

Pero la ofensiva más agresiva vino del lado israelí, cuando su fuerza aérea bombardeó objetivos de alto nivel en pleno Teherán. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que destruyeron fábricas de misiles, radares y lanzadores en la capital iraní.
Además, se confirmó que parte de los ataques tuvo como blanco instalaciones asociadas al programa nuclear de Irán.
Organizaciones de derechos humanos con sede en Washington señalaron que los bombardeos en Irán han cobrado la vida de al menos 406 personas y dejaron 654 heridos. Entre las víctimas hay varios altos mandos militares y científicos.