El escándalo que ahora salpica a Michelle Bachelet se centra en las acciones de Luis Hermosilla, quien está en prisión preventiva imputado por delitos tributarios y soborno. Luis Hermosilla, quien actualmente se encuentra en prisión preventiva imputado por delitos tributarios y soborno en el marco del caso conocido como “Audios”. Este caso ha revelado nuevas aristas que vinculan a Bachelet con el controvertido Caso Caval, el cual afectó seriamente su segundo mandato presidencial.
El Caso Caval estalló en 2015, cuando se supo que Natalia Compagnon, entonces pareja de Sebastián Dávalos, hijo de Bachelet, había obtenido un préstamo millonario del Banco de Chile apenas un día después de la reelección de la exmandataria. Este préstamo, de 10 millones de dólares, permitió a Compagnon y su socio, Mauricio Valero, adquirir terrenos, lo que desató una serie de investigaciones por presunto tráfico de influencias y fraude.
En este contexto, las recientes filtraciones de conversaciones del iPhone 14 de Hermosilla han revelado que el abogado no solo representaba a Gonzalo Vial Concha, querellante en la causa, sino que también trabajaba en las sombras para favorecer a Natalia Compagnon. Hermosilla habría intentado llegar a un acuerdo que beneficiara a Compagnon, contactando a Ana Lya Uriarte, jefa de gabinete de Bachelet en ese entonces, para presionarla a fin de cerrar el caso.
Uriarte ha negado cualquier tipo de gestión en favor de Compagnon, afirmando que Hermosilla la contactó, pero que ella no realizó ninguna acción para destrabar la querella. Sin embargo, la implicación de este nuevo escándalo podría tener repercusiones significativas para Michelle Bachelet, quien recientemente ha visto un repunte en las encuestas, superando a José Antonio Kast y posicionándose como una fuerte contendiente en la carrera presidencial, lo que añade una nueva capa de complejidad a su figura política y su legado.
