Una noche trágica se vivió este miércoles en Washington D.C., cuando dos miembros del personal de la Embajada de Israel fueron asesinados a tiros en las inmediaciones de un museo judío, en pleno centro de la capital estadounidense. Las víctimas, identificadas como Yaron Lischinsky (30 años) y Sarah Lynn Milgrim (26 años), eran pareja y estaban a punto de comprometerse, según confirmó el Ministerio de Exteriores israelí.
El ataque, que ocurrió a pocos metros de un sitio con fuerte simbolismo para la comunidad judía, ha sido calificado como un posible crimen de odio. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, fue la primera en confirmar los hechos a través de la red social X (antes Twitter), mientras que la jefa de la policía local, Pamela Smith, indicó que el presunto autor, al ser detenido, gritó: “Palestina libre”.
Las reacciones no se hicieron esperar. Desde Jerusalén, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, responsabilizó directamente a lo que denominó “tóxica incitación antisemita”, y apuntó que esa retórica está siendo alimentada por líderes y funcionarios de diversas partes del mundo, particularmente Europa.
“Existe una línea directa entre la incitación antisemita y este asesinato”, subrayó Saar en una conferencia de prensa, señalando también que este tipo de discursos se han potenciado en medio de la guerra en Gaza, donde más de 53 mil civiles, en su mayoría mujeres y niños, han muerto en año y medio de ofensiva israelí.