La junta de libertad condicional de California rechazó la solicitud de libertad de Erik Menéndez, condenado junto a su hermano Lyle por el asesinato de sus padres en 1989. La decisión representa un duro revés en la prolongada lucha de los hermanos por obtener su liberación.
La audiencia, que se extendió durante 10 horas de manera virtual, incluyó testimonios de la Oficina del Fiscal de Distrito de Los Ángeles, declaraciones de Erik Menéndez y el apoyo de alrededor de una docena de familiares que, a pesar de ser víctimas del crimen, respaldaron su petición de libertad. Sin embargo, el comisionado de libertad condicional Robert Barton concluyó que Erik sigue representando “un riesgo irrazonable para la seguridad pública” si fuera liberado.
Entre los factores que pesaron en contra de su liberación, la junta citó los antecedentes delictivos de Erik en la adolescencia, la brutalidad de los asesinatos y graves infracciones cometidas en prisión, como la posesión de teléfonos celulares de contrabando. “Dos cosas pueden ser ciertas. Pueden amarte y perdonarte, y aun así, ser declarado no apto para la libertad condicional”, señaló Barton al comunicar la resolución.
Aunque reconoció estar sorprendido por el nivel de apoyo familiar hacia Erik, Barton aclaró que las muestras de respaldo no superan los factores negativos en su historial. “La gravedad del delito no es la razón principal de esta negación”, explicó. “Sigue siendo su comportamiento en prisión”.
La decisión supone también un precedente poco favorable para Lyle Menéndez, cuyo caso será evaluado por la misma junta. No obstante, aún queda abierta la posibilidad de que el gobernador de California, Gavin Newsom, intervenga. Newsom posee la facultad excepcional de revocar decisiones de la junta de libertad condicional, y los hermanos han solicitado por separado tanto el indulto como un nuevo juicio.
El fallo no es definitivo: la resolución puede ser sometida a una revisión interna de hasta 120 días. Posteriormente, el gobernador dispondrá de 30 días adicionales para confirmar o revocar la decisión. En caso de no prosperar, Erik Menéndez podría volver a ser elegible para la libertad condicional en tres años.



