El príncipe saudí Al-Waleed bin Khalid bin Talal, conocido popularmente como el “Príncipe Durmiente”, falleció tras permanecer en coma durante casi dos décadas, consecuencia de un grave accidente de tráfico sufrido en su adolescencia.
Al-Waleed, miembro de la familia real saudí, cayó en estado de coma en 2005 después de un siniestro automovilístico mientras cursaba estudios militares. Desde entonces, su estado de salud había sido motivo de seguimiento y esperanza para muchos en el país y en el mundo árabe. Durante años, su familia compartió actualizaciones periódicas, incluyendo momentos en los que parecía mostrar leves respuestas físicas, como mover los dedos o abrir los ojos, lo que alimentó expectativas de una posible recuperación.
Su padre, el príncipe Khalid bin Talal, nunca perdió la fe en que su hijo despertara, rechazando recomendaciones médicas de desconectarlo del soporte vital. “Dios es quien da la vida y la quita”, declaró en más de una ocasión.
La noticia de su fallecimiento ha generado una oleada de condolencias en redes sociales y medios de comunicación saudíes, donde muchos ciudadanos han expresado su tristeza y admiración por la fortaleza de su familia. Aún no se han dado a conocer detalles sobre las ceremonias fúnebres.