La tensión entre Caracas y Washington vuelve a subir la marea en el mar Caribe. El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, denunció que Estados Unidos ejecuta “una guerra no declarada” tras desplegar ocho buques para operaciones antidrogas en la región.
De acuerdo con el presidente Donald Trump, la misión ya eliminó tres lanchas vinculadas al narcotráfico, dejando un saldo de 14 muertos. Sin embargo, Padrino López aseguró que se trata de “ajusticiamientos” de personas en altamar, sin pruebas de que todas fueran traficantes.
Como respuesta, Venezuela activó ejercicios militares en la isla La Orchila, a 65 kilómetros de tierra firme. La televisión estatal mostró el lanzamiento de misiles C-802 y C-M90 por parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, un gesto de fuerza que busca enviar un mensaje claro: Caracas no cederá terreno.
En paralelo, Washington insiste en que Nicolás Maduro lidera carteles de droga y mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. Con este panorama, el Caribe vuelve a ser escenario de un choque que mezcla política, narcotráfico y poder militar.



