El Nobel de Medicina 2025 no premia una cura milagrosa, sino algo más profundo: la comprensión del equilibrio que mantiene viva a la humanidad. Los científicos Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi fueron galardonados por descifrar los mecanismos de la tolerancia inmune periférica, el sistema natural que impide que nuestras defensas ataquen los propios tejidos.
Premio Nobel 2025 medicina o fisiología por el descubrimiento de tolerancia periférica con las células T reguladoras. 👏👏👏 pic.twitter.com/uShE4ASm4B
— Ramiro Esparza (@docramiro) October 6, 2025
Durante décadas, se pensó que el control del sistema inmunológico ocurría únicamente en el timo, donde las células peligrosas eran eliminadas. Pero en 1995, el japonés Shimon Sakaguchi desafió esa creencia al descubrir un grupo de células “guardianas”, las células T reguladoras, que frenan a otras células inmunes cuando se exceden.
Los ganadores del Nobel 2025 descubrieron cómo el cuerpo se protege de sí mismo.Años después, en 2001, Brunkow y Ramsdell identificaron el gen Foxp3, responsable de producir esas células protectoras. Lo descubrieron tras analizar ratones que sufrían graves enfermedades autoinmunes y comprobar que tenían una mutación en ese gen. Más tarde, hallaron el mismo patrón en humanos con el síndrome IPEX, una enfermedad devastadora en la infancia.
#Atento | La Asamblea Nobel del Instituto Karolinska otorgó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2025 a Mary E. Brunkow, Fred Ramsdell y Shimon Sakaguchi, por sus descubrimientos sobre la tolerancia inmunitaria periférica pic.twitter.com/zQRVBWtp5b
— Diario La República (@larepublica_co) October 6, 2025
Sakaguchi completó el rompecabezas en 2003 al demostrar que el Foxp3 es el “interruptor maestro” que activa esas células reguladoras. Desde entonces, la ciencia cambió su forma de entender las defensas del cuerpo.
Las células T reguladoras, descubiertas por Shimon Sakaguchi, actúan como los “guardianes del sistema inmunológico”, manteniendo bajo control las defensas del cuerpo para evitar que ataquen sus propios órganos.Hoy, su hallazgo inspira tratamientos para controlar la artritis, el lupus y hasta el rechazo en trasplantes. También ha dado paso a una nueva generación de terapias contra el cáncer, donde el reto es equilibrar la fuerza del sistema inmune sin volverlo destructivo.
En palabras del Nobel Committee, “su trabajo explica por qué no todos sufrimos enfermedades autoinmunes”. Una verdad poderosa: el cuerpo, para vivir, necesita aprender a tolerarse.


