El Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) ordenó el cierre temporal por un año del área protegida Isla Escudo de Veraguas-Degó, una joya natural del Caribe panameño que hoy sufre las consecuencias del desorden ambiental, la contaminación y la pesca ilegal.
La medida, formalizada mediante la Resolución DM-0489-2025, busca detener la destrucción progresiva de los ecosistemas marinos y terrestres y proteger especies únicas que no existen en ningún otro lugar del planeta. Entre ellas sobresale el perezoso pigmeo (Bradypus pygmaeus), considerado en Peligro Crítico de extinción, además de la Zamia hamannii, una planta endémica que forma parte del delicado equilibrio ecológico de la isla.

Durante una reciente inspección técnica, funcionarios de MiAmbiente documentaron una serie de irregularidades graves que encendieron las alarmas ambientales: acumulación de basura, deforestación, construcción de viviendas sobre manglares, cría de animales domésticos y pesca de especies protegidas como la langosta del Caribe y el cambute. También se detectó el uso de trasmallos ilegales, prácticas pesqueras no sostenibles y embarcaciones circulando a alta velocidad dentro de zonas ecológicamente frágiles.
Mientras dure el cierre, todas las actividades turísticas, recreativas, pesqueras y de construcción permanecerán suspendidas, permitiéndose únicamente acciones científicas, de limpieza, restauración y monitoreo ambiental debidamente autorizadas por la institución.


MiAmbiente coordinará además con ARAP, MIDES y la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) la implementación de programas temporales de apoyo dirigidos a las comunidades cercanas, con el objetivo de capacitarlas en pesca responsable, ecoturismo comunitario y restauración ecológica, promoviendo alternativas sostenibles durante el periodo de restricción.
El Paisaje Protegido Isla Escudo de Veraguas-Degó, creado en 2009 e incorporado al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), resguarda un valioso conjunto de manglares, arrecifes coralinos, pastos marinos y playas de anidación de tortugas marinas que dependen de un ambiente libre de perturbaciones humanas.

Con esta decisión, MiAmbiente busca darle un respiro al ecosistema, permitir su recuperación natural y garantizar que este tesoro biológico vuelva a brillar como uno de los paisajes más valiosos del patrimonio natural panameño.



