Colón implementa toque de queda para menores: ¿Solución o medida temporal?

A partir de este lunes 2 de septiembre, la provincia de Colón ha puesto en marcha un nuevo toque de queda dirigido a menores de edad, en un esfuerzo por reducir los altos índices de violencia que han afectado a la región durante años. La medida, que se aplicará de lunes a miércoles de 8:00 p.m. a 5:00 a.m. y de jueves a domingo de 9:00 p.m. a 6:00 a.m., ha sido recibida con opiniones divididas entre las autoridades y la comunidad.

Según Eusebio Jaén, subcomisionado de Colón, el objetivo principal de esta medida es proteger a los menores de edad que se encuentran en las calles sin la compañía de sus padres durante las horas nocturnas. Jaén enfatizó la importancia de garantizar la seguridad de los jóvenes en un entorno que, en ocasiones, puede ser peligroso.

Por su parte, Carlos Daley, representante de Cativá, calificó la medida como positiva, pero expresó sus reservas sobre su efectividad a largo plazo. “Es un buen paso hacia la recuperación de la tranquilidad en Colón, pero la verdadera solución requiere medidas preventivas como la creación de más plazas de empleo para los jóvenes”, comentó Daley.

El alcalde de Colón, Diógenes Galván, aseguró que la medida no afectará las actividades comerciales en la provincia, subrayando que su enfoque está exclusivamente en la protección de los menores. “Las festividades familiares como cumpleaños y quinceaños no se verán interrumpidas, siempre y cuando los menores estén acompañados por un adulto responsable”, aclaró Galván.

Los jóvenes de Colón, sin embargo, han mostrado escepticismo ante esta nueva implementación. Muchos opinan que este tipo de medidas han sido impuestas anteriormente sin lograr cambios significativos en la situación de violencia. “El problema no es estar en la calle, sino en qué zonas específicas ocurre la violencia. Necesitamos verdaderos planes de prevención, no solo represión”, comentó uno de los residentes.

La primera sanción para los menores que infrinjan el toque de queda será la asistencia obligatoria a charlas y talleres, mientras que la reincidencia podría conllevar multas económicas para los padres.