El historiador César Franco Quijano conversó con El Preguntón de Mi Diario sobre los movimientos del 9 de enero de 1964 que culminaron el día 12 en Colón. Es una fecha de duelo para conmemorar, sin embargo, aún muchos la utilizan para irse de paseo o no tienen claridad de su importancia.
¿Por qué es importante no olvidar el Día de los Mártires?
“Sentimos que es importante no olvidar las consecuencias de todos los hechos que han marcado el devenir nacional, como el 9 de enero donde 21 panameños derramaron su sangre y donde hubo más de 500 heridos, según se registra, pese a que solo la ciudad de Panamá y Colón fueron el epicentro del evento. Los mártires solo pedían soberanía y ver ondear su bandera en la antigua Zona del Canal, por lo que es un hecho de trascendencia por lo ocurrido posteriormente ya que gracias a eso se dieron las condiciones objetivas para negociar el nuevo tratado Torrijos Carter y finalmente ser firmado. Es importante no olvidar como se originó esa lucha nacionalista que viene desde el siglo antepasado”.
¿Cómo se puede hacer para que las nuevas generaciones no pierdan ese sentir patriótico?
“Es un asunto que es de Estado, las futuras generaciones deben entenderlo como realmente fue; y como no vivieron los hechos no significa necesariamente que no tengan entendimiento de lo ocurrido. El 9 de enero es un día de conmemoración, de duelo nacional y a diferencia de los eventos separatistas, a este no se le ha dado la connotación para efecto de la transmisión objetiva del conocimiento y el significado de esto. Me da mucho dolor que todos los 9 de enero cada vez somos menos los que vamos a rendir honor a los mártires. En Colón hubo tres mártires y los que vamos a los actos somos de avanzada edad. La juventud es lo que menos se ve y eso significa que se está fallando en la valoración del conocimiento, ya que muchos estudiantes saben qué ocurrió o tienen idea, pero lo que llama la atención es el significado que tiene para ellos. Hay que hacer toda una estrategia, y no solo el Ministerio de Educación, ya que deben fortalecerse los actos”.
¿Falta incluir más el tema en los colegios y universidades?
“La gesta histórica aparece en los planes de estudios, pero tengo que hacer la observación de que los docentes no lo dan con el sentimiento, enfoque, intención y pasión requerida que es lograr una actitud de entender y valorar el hecho, ya que mucho tiene que ver la ampliación del Canal de Panamá con lo ocurrido en 1964. No solo es incluir el tema, ya que ya está en los programas de estudios secundarios y a nivel universitario, sino que hacen falta docentes que utilicen las estrategias para lograr ese cambio de actitud para que una persona el 9 de enero en lugar de ir para la playa o a divertirse, asista a rendir honor a los mártires”.
¿Si en estos tiempos se destrozara la bandera panameña como se hizo hace más de 50 años, cree que la reacción de los estudiantes sería igual?
“Definitivamente no, ahora, habría una reacción, pero de pronto no con la magnitud como reaccionaron los institutores porque las condiciones no son las mismas. En aquel entonces se estaba en plena causa de la lucha por la soberanía, recordemos que ya había intentos de siembra de banderas, incluso existía un acuerdo que decía que si había una bandera norteamericana tendría que haber una panameña y eso se incumplió y fue lo que provocó toda la acción emotiva. Había una juventud con una rebeldía bien canalizada henchidos por ese amor a la patria y lo único que pedían era ver la bandera izada en la Zona del Canal y lo que derramó la gota fue la agresión física a la bandera y a los institutores, hecho que se fue transmitiendo con el sentimiento de lo ocurrido al punto de que el pueblo en su conjunto fue a defender la bandera rasgada que nos representaba a todos. Hoy en día no hay esas condiciones, estamos disfrutando los productos de esa lucha y las generaciones actuales ni siquiera lo saben. Por ejemplo, no saben lo que era antes Albrook, Clayton, Amador o el Fuerte Espinar en Colón donde hoy las personas habitan y hay cantidad de instituciones, pero se es totalmente inconsciente de que antes era prohibido que el panameño común caminara por esas áreas”.
Panamá 8 enero 2012.GR. Monumento a los martires del 9 de enero de 1964 Ascanio Arosemena, monumento dedicado por la ACP a los Martires, Antorcha . La Prensa / Gabriel Rodríguez.¿Cuál es el valor sentimental que aún pudieran tener estos hechos para los que lo vivieron?
“Conozco a varios. Hoy en día se les llama héroes y reflejan ese sentimiento al punto de que te dicen que si nacieran de nuevo y se da ese hecho lo volverían hacer. Ellos se sienten orgullosos”.
¿Cuál fue su vivencia durante esa fecha?
“Yo tenía solo cinco años, pero siento un deber ciudadano y moral todos los años en asistir a los actos”.
¿Podría volver a ocurrir un hecho igual?
“Bueno, sabemos cómo empiezan las cosas, pero no sabemos cómo terminan. No descartaría que pudiera volver a ocurrir, pero no con las mismas motivaciones. Para eso debe haber una situación que lacere el sentimiento nacional, que nos sintamos afectados. Independientemente de la reversión y que estamos manejando el Canal de Panamá, está la Enmienda De Concini donde Omar Torrijos nos puso bajo el paraguas del Pentágono y eso está vigente y una interpretación equivocada de algún presidente desequilibrado norteamericano que quiera venir a retomar todo lo que supuestamente ellos perdieron pudiera crear alguna situación que de pronto despertara ese sentimiento nacional. La posibilidad está”.
Un mensaje final
“Hay mucho que hacer, es un día de asueto nacional, pero depende de la conciencia del pueblo. Quiero terminar señalando, como diría Octavio Méndez Pereira, que no existe problema en la sociedad que no pueda ser resuelto a través de la educación. Siento que con una educación bien dirigida y con una intención loable se puede llegar a resaltar, por ejemplo, el 9 de enero, Día de los Mártires, como una de las fechas más importantes de la historia nacional por todo lo que significa y esto debe trabajarse en la mente”.
Datos
César Franco Quijano es investigador e historiador de la historia colonense y nacional.
Es profesor de Historia en el Centro Regional Universitario de Colón y supervisor regional de Ciencias Sociales en la Región Educativa de Colón.
Tiene una especialización en Historia Republicana.
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