Es digno de admirar y aplaudir la dedicación que muestran los instructores de música de la Policía Nacional al enseñar sus conocimientos a niños y adolescentes a través de las clases virtuales para que aprovechen el tiempo en actividades positivas.
El catálogo que ofrecen los instructores es surtido, pues los interesados tocan desde guitarra, piano, trompeta hasta violín, solo que en esta situación las clases son por medio de zoom.
Entre los beneficiados está Raziel David Barraza, de 13 años, quien reafirma sus conocimientos de violín. Hace cinco años que participa de los programas de verano de la Policía y ahora durante la cuarentena por el coronavirus.

Rafael Barraza, padre de Raziel describe a Felipe el instructor de violín como una persona que tiene un don especial que es la paciencia para instruir a los niños. Lo bonito de él es que tiene una sonrisa permanente para todos.
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Este semillero de músicos está aprovechando el tiempo de confinamiento en casa por la pandemia para reforzar sus destrezas, cada uno en el instrumento que les agrada.
Mindi de Gálvez, narró que su hija Noemí, de 12 años, toca la trompeta, durante las clases les dejan tareas y deben practicar en casa. “Es una buena iniciativa de este grupo de policías, es una buena experiencia”, indicó.

El sargento Franklin Jaramillo es instructor de guitarra y desde que empezó en este proyecto tiene a varios niños que todos los días esperan con ansias la llamada para iniciar la clase. “Si me retraso por otra situación quienes se van desesperando son mis alumnos de guitarra. En realidad es bonito sentir el compromiso y entusiasmo que sientes esos niños", aseguró.
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En esta crisis sanitaria Jaramillo estuvo entre las unidades que ayudaban a repartir bolsas con comida en distintas comunidades, ahora instruye a sus pequeñines. Ahora el sargento imparte sus conocimientos a los niños y adolescentes en la guitarra acústica y la guitarra eléctrica.
Jaramillo tiene la esperanza al final del curso, presentar un concierto. Sería un concierto presencial donde todos nos conozcamos personalmente, pero sino se puede por las circunstancias que vive el país, será virtual.