Geovany Fletcher del Instituto Panameño del Consumidor y Usuarios (IPADECU), dijo que un consumidor sostenible, es aquel que no desperdicia, consume lo necesario, lo adecuado, utiliza productos biodegradables, no contamina, cuida el ambiente, no genera desechos, un consumidor responsable con su capacidad de consumo, qué orienta su consumo realmente hacia sus necesidades vitales y la de su familia, no es excesivo y no es consumista.
Fletcher indicó que se necesita que el consumidor panameño dirija su atención hacia un consumo sostenible que permita que el mundo siga operando y desde el punto de vista funcional que el mercado, la industria y el propio gobierno ejerzan mecanismos de consumo que sean idóneos.
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Agregó que el consumidor panameño es un consumidor irreflexivo, irracional , un consumidor que compra en función de la expectativas de la publicidad, un consumidor que obviamente está afectado por el sobreendeudamiento, compra en función de la emoción, no de la razón, un consumidor que compra sin interesarle que el producto es un producto fabricado en una empresa que trafica con niños o qué afecta a mujeres, un consumidor que no le interesa si el producto o servicio es producido y fabricado o importado por una empresa que tiene normas éticas, es un consumidor que consume de manera salvaje.
Sostuvo que en el mismo plano de que el consumidor panameño no está dentro de los matices de reflexión o racionalidad, también tiene un mercado en igual término, un mercado totalmente abusivo, llenos de prácticas monopolísticas absolutas y relativas, un mercado tergiversado por una realidad de una afección como ocurre en el momento.
Mencionó que es un mercado que está en manos de pocos, un montón de empresas que tienen gran cantidad de demandas anuales por causas abusivas, por incumplimiento, pero que nada les pasa y que saben que pueden estafar a mil consumidores, al final le reclamaran 500 y los demandarán 100 e indemnizarán a 20 , entonces por eso no les interesa acatar la ley esa es la situación.
Fletcher sostuvo que lo que se percibe es la composición de un mercado imperfecto, un mercado con normas que no se respetan donde no existe la suficiente seguridad por parte de las autoridades para mandar los mensajes necesarios a fin de que haya orden en esta materia, hay una especulación monstruosa con los productos de aseo, eso lo vemos, algunos comercios han mandado mensajes donde restringen la oferta o la compra de artículos y vemos como de la noche a la mañana, van sacando a la luz artículos que estaban escondidos, generando acaparamiento y todo eso en perjuicio del consumidor y los precios se disparan.
Agrego que falta más educación, la estructuras legales existen, hay regulaciones bastante buenas, no son las más modernas, no son las mejores, pero permiten mínimamente solventar lo básico, obviamente la espectativa sería tener normas más modernas y más articuladas como lo es un Código de Protección al Consumidor Nacional, como en otros países y no leyes sueltas como tenemos en la actualidad y en donde una institución no sabe lo que hace la otra.


