La noche se volvió pesadilla en Calle N, Veranillo.
Eran exactaente las 11:00 p.m. cuando el silencio fue destrozado por una ráfaga de disparos.
Los vecinos contaron hasta 18 detonaciones, seguidas de gritos y un escalofrío que todavía no se les quita del cuerpo.Un hombre identificado como Daniel, quien tenía un brazalete electrónico en el tobillo, cayó abatido cerca de su casa, en una vereda oscura donde la muerte lo esperaba en silencio.
Lo acecharon desde las sombras
Daniel —bajo supervisión judicial— vivía prácticamente encerrado, según contaron residentes del área.
“Casi no salía, solo caminaba por ahí cerquita”, dijo un testigo.
Pero esa noche, alguien lo estaba esperando. Y cuando salió… no tuvo escapatoria.
¿Casualidad o venganza?
Las autoridades aún no revelan el móvil, pero se sospecha que viejas cuentas del pasado podrían haberlo alcanzado.
Daniel había sido vinculado a delitos menores, lo que ahora lo pone como posible blanco de una ejecución calculada.
Escena de terror en la vereda
La vereda donde cayó el cuerpo se llenó de patrullas, luces azules y caras llenas de susto. La Policía Nacional y el Ministerio Público llegaron rápido para acordonar el área y levantar el cadáver, bajo la mirada de curiosos con celulares y temblores en la voz.Vecinos aseguran que, tras los balazos, solo se escucharon pasos corriendo y un silencio pesado. Nadie vio nada… o al menos eso dicen.
Investigación abierta y tensión en el barrio
Por ahora, no hay detenidos ni pistas claras.
La investigación sigue su curso, mientras el miedo se instaló en Veranillo. “Aquí nadie está seguro”, susurró una señora que prefirió no dar su nombre.Daniel murió con el brazalete puesto, pero sin protección real.