En un mes donde la violencia marcó cada esquina, mayo se convirtió en un baño de sangre en Panamá. Las calles fueron testigo de 50 homicidios, incluyendo el de cuatro mujeres y el de al menos un menor de 19 años, dejando un saldo devastador y sembrando miedo en las comunidades.
El Siglo pudo confirmar que los crímenes se concentraron especialmente en las provincias de Panamá (19 casos) y Colón (12), además de Panamá Oeste (6), San Miguelito (9), Veraguas (2), Herrera (1) y Chiriquí (1). Las armas de fuego, las armas blancas y el pandillerismo siguen cobrando víctimas sin control.
Entre los hechos más estremecedores figura el asesinato de Jannette Philips, de 65 años, golpeada brutalmente por su propio hijo en Río Abajo; y el femicidio de Anaelisa de Martínez, acribillada por su expareja en Pueblo Nuevo. Otras víctimas fueron halladas en situaciones macabras, como la mujer encontrada dentro de una nevera en Chame.
Los ajustes de cuentas también encendieron las calles: José Enrique Guzmán, apodado “Kike”, fue hallado sin vida en Cerro Azul tras días desaparecido; y en Colón, el sector Génesis fue escenario de un doble homicidio a balazos dentro de un vehículo.
En La Chorrera, Roberto Morales fue sorprendido por sicarios mientras desayunaba, y en Don Bosco, José Natividad Mosquera murió resistiéndose a un asalto. A esta lista se suman peleas mortales por deudas, pasiones y alcohol, donde hasta el “Bombero” Cristian González perdió la vida por un trompón en la nuca.
El mes cerró con otro golpe: Arlene María Ortega, madre de familia, murió tras 20 días de agonía por una bala perdida en Puerto Pilón, Colón.
Mientras la población clama por un alto a la violencia, la cifra roja de mayo deja un eco sombrío: 50 vidas arrebatadas en solo 31 días.