La “jugada les salió mal”. Resulta que este martes fueron detenidos siete panameños y tres ticos que eran requeridos por la Interpol.
Entre los panameños hay un médico chiricano, junto a su esposa y cuñada que eran los supuestos colaboradores del capo costarricense José Segura Angulo, quien era requerido desde el 2021 por la Interpol.
La audiencia para legalización de la aprehensión de los siete panameños debió efectuarse este miércoles, pero sus abogados presentaron certificados médicos y la misma está prevista para desarrollarse el día de hoy, dijeron fuentes del Órgano Judicial.
La audiencia se lleva a cabo la tarde de hoy Jueves Santo y es solo a los siete panameños porque los tres ticos eran requeridos por la Interpol y se deben efectuar los trámites para su traslado o deportación.
Se espera que se le formulen cargos por blanqueo de capitales porque estos panameños compraban ganado y terrenos, pero trabajaban era para la organización criminal de Segura Angulo.
El peligroso capo tico tenía 50 días de estar prófugo y se hacía pasar como ganadero en la comunidad de Pérez Zeledón donde operaba hasta que trasladó sus operaciones hacia Chiriquí.
Junto a Segura Angulo fueron detenidos otros dos costarricenses de apellidos “Garro” y “Núñez”, sus testaferros.
La esposa del tico identificada como Ileana Chacón Vargas se encuentra prófuga y es señalada como la número dos de la organización criminal. Se desconoce si la mujer se encuentra en Costa Rica o la provincia de Chiriquí en Panamá.
Según investigaciones en Costa Rica, Segura Angulo tenía 16 propiedades cuya sumatoria supera los 960 millones de colones. Había incursionado en el negocio ganadero para legitimar dinero proveniente de las actividades criminales.
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Para tales fines, habría utilizado 11 sociedades anónimas debidamente inscritas y activas en el Registro Nacional de la Propiedad de su país.
El director del Organismo de Investigación Judicial, Wálter Espinoza, indicó que Segura utilizaba más de diez personas dentro de su organización, quienes servían de testaferros para poder obtener bienes de manera regular con dineros obtenidos producto del narcotráfico.
Por esto, el FBI había advertido a las autoridades de Costa Rica y Panamá y al desarrollarse la Operación “Quijote”, el tico cayó junto a sus dos testaferros y ahora varios chiricanos, entre ellos, un médico y su esposa enfrentan la justicia panameña y se esperan que le formulen cargos.