La comunidad de Ollas Arriba, en el distrito de Capira, se estremeció este martes 23 de julio con la noticia del hallazgo sin vida de Porfirio Padilla, un hombre de 72 años que había dedicado su vida al servicio policial y, en sus años de retiro, al trabajo en su finca.
Fue su propio hermano quien lo encontró, tirado boca abajo en el patio de su casa, sin señales de vida. La imagen fue escalofriante. Desde hacía horas nadie lo veía, y al llegar a la residencia, su familiar notó algo extraño. Al acercarse, lo confirmó: Porfirio estaba muerto, tendido al aire libre, y aparentemente llevaba varias horas sin vida.
Padilla vivía solo, rodeado de vegetación y cultivos que él mismo cuidaba. En su finca sembraba productos agrícolas y frutas, siendo las guayabas su especialidad. Vecinos aseguran que era un hombre tranquilo, trabajador, cristiano y muy respetado en la comunidad. También era conocido por asistir con frecuencia a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, donde se realizarán sus honras fúnebres este viernes 25 de julio.
Las autoridades llegaron al lugar luego de ser alertadas por el hermano de la víctima y realizaron el levantamiento del cuerpo. Aunque por el momento no se han revelado detalles sobre las causas exactas del fallecimiento, se sabe que el cuerpo no presentaba signos evidentes de violencia, y el caso está siendo investigado por las autoridades competentes.
Para los vecinos de Ollas Arriba, la pérdida ha sido impactante. Muchos lo recuerdan como un hombre humilde que cambió las botas de patrullero por las de agricultor. En cada esquina del pueblo se escuchan frases como “era buena gente”, “siempre con una sonrisa” o “nadie lo molestaba”.
Porfirio Padilla sirvió por años como agente de la Policía Nacional y, tras jubilarse, optó por una vida sencilla y en paz. Lamentablemente, su historia se cerró en silencio, bajo el sol de su patio, sin nadie que lo acompañara en sus últimos momentos.



