Mientras las autoridades del Ministerio Público esperan los resultados de las pruebas de ADN de una osamenta encontrada en una fosa clandestina en las riberas del río Chucará, límite entre la comarca Ngäbe Buglé y Bocas del Toro, salen nuevos testimonios en torno a los hechos ocurridos en la apartada comunidad de Llano Amador, donde supuestamente operaba una secta religiosa.
Un residente de Llano Amador, a quien se le protege su identidad, contó que fue testigo de un horrendo crimen, ya que vio que un miembro de la comunidad murió en manos de un grupo religioso.
LO DEJARON MORIR
Contó que aquel día agarraron a un señor de nombre Benancio García, lo amarraron de manos y pies y lo llevaron serranía arriba, hasta llegar a las riberas del río Chucará, a más de 12 horas.
Cuando llegaron allá, lo amarraron a un árbol, quedando allí a la intemperie.
“Quedé muy asustado viendo de lejos cómo algunos dejaron amarrado al señor, yo corrí para donde mi mamá con mucho miedo. El líder me tenía amenazado de muerte si yo decía algo de lo que veía”, apuntó.
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Al cabo de los ocho días, el grupo de Lorenzo Santos, supuesto líder de la secta, regresó al lugar y encontraron al señor ya en estado de putrefacción.
A raíz de las constantes denuncias de hechos similares en la comarca, las autoridades han reforzado el área, realizando patrullajes en donde aparentemente hay hechos irregulares que son cometidos por agrupaciones religiosas.
(Por: Solangel Esther Ruiz)