Aún no se ha dicho toda la verdad sobre el crimen de Monseñor Altafulla, según su homicida confeso, Marco Manjarrez
Marco Manjarrez Davis, quien fue beneficiado de una libertad vigilada tras cumplir 14 años de prisión por el homicidio del sacerdote Jorge Altafulla, hizo revelaciones que dejaron a muchos impactados.
En declaraciones a Telemetro, Manjarrez admitió nuevamente que el crimen ocurrió porque se sintió humillado.
Ya en libertad, junto a la periodista de Telemetro, Milagros Córdoba.
Sin embargo, hizo una sabia recomendación:
'He aprendido que es mejor hacerse el tonto, pasar por alto las ofensas o retirarse de una situación de enfrentamiento, que enfrentarse, porque pueden pasar cosas perjudiciales', afirmó.
Pidió perdón a la familia de la víctima, porque, según dijo, no tenían por qué pasar por lo que pasó.
Sin embargo, hizo una analogía que dejó a muchos fríos.
Es del pensar que, si usted sufre un accidente de auto, una colisión, y usted resulta herido, pero la otra persona muere, no tiene que sentirse 100% responsable'.
Y agregó:
'Todo lo que ocurrió está en el expediente.... nadie lo ha publicado... he pensado un día hasta regalarlo a una biblioteca para que todos sepan la verdad',dijo Manjarrez.
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Nos fuimos en búsqueda de los antecedentes en este caso.
Si nos remitimos a lo que se ha divulgado del expediente, en sus declaraciones Manjarrez explicó que cuando fue a ver a Altafulla a la Iglesia de Guadalupe, Monseñor le dijo que no tenía tiempo, y le ofreció $20 para que se fuera y lo dejara tranquilo. Dice que lo empujó para que saliera.
Esto enfureció a Manjarrez y fue entonces que tomó un cuchillo y le produjo una cortada superficial en el cuello al religioso y le decía que se quedara tranquilo, que su intención no era lastimarlo.
Según relata Manjarreez, Altafulla se le abalanzó y en el forcejeo el sacerdote le arrebató el cuchillo y le hizo varias cortadas superficiales en un brazo, pecho y espalda.
Confesó en su declaración que tuvo que golpear fuerte al sacerdote en el rostro para lograr quitarle el arma, y fue entonces cuando dijo que perdió el control y le asestó varias puñaladas.
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Previamente había declarado también que Altafulla era un hombre de mucha moral que jamás estuvo involucrado en ninguna acción irregular en el Seminario Mayor San José, de donde expulsó a Manjarrez.
Sí dijo en su declaración que fue acosado por compañeros para cometer actos de homosexualismo cuando estuvo dentro del Seminario Mayor San José, pero que siempre los rechazó y los denunció a la rectoría.
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Al divulgar estas declaraciones recién ocurrió el hecho de sangre, el entonces Arzobispo José Dimas Cedeño salió al paso y dijo que Manjarrez trataba de enlodar la imagen de la iglesia católica para justificar su crimen.
'No podemos creerle a una persona que asesina al padre Altafulla, luego se cambia y regresa a esta iglesia como si nada hubiese ocurrido... él trata de empañar a la iglesia para justificar su delito', reportó Dimas Cedeño a La Prensa en su momento.
Hoy por hoy, Manjarrez aseguró que sigue creyendo en Dios. Ahora profesa la fe desde la Iglesia Bautista, escribió un libro titulado 'La Noche Oscura de Panamá', donde asegura relata todo lo que ha vivido y espera su idoneidad para ejercer como abogado.
Manjarrez mostró a Telemetro cómo está rehaciendo su vida, trabaja en un lava autos, tiene en la pared de su habitación una cruz en la que cuelga una esposas (grilletes) y dos llavecitas, para, según dijo, tener presente que Dios abre todas las puertas y todo lo puede.
REDACCIÓN MI DIARIO / WEB