Cien días después del ataque químico contra la ciudad siria de Jan Sheijun, el dolor sigue vivo entre sus habitantes, que cerraron sus comercios en señal de duelo y rindieron homenaje a las víctimas.
El 4 de abril, un ataque contra esta ciudad rebelde de la provincia de Idlib (noroeste) mató al menos a 87 personas, entre ellas muchos niños, provocando la indignación de países de todo el mundo y desatando una respuesta de Estados Unidos con un ataque contra una base del régimen sirio.
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El miércoles, los familiares de las víctimas se reunieron en el lugar donde presuntamente tuvo lugar el ataque portando fotos de los fallecidos, entre ellos varios bebés.
'El dolor de la separación no me ha dejado ni un segundo, como a todos aquellos que perdieron a un familiar o a un ser querido', afirma Abdelhamid Yusef, de 28 años.
Su mujer, sus dos hijos pequeños y otros 19 familiares murieron en el ataque. Una foto del joven padre de familia con los cuerpos de dos gemelos dio la vuelta al mundo, provocando una ola de indignación.
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'Todo lo que espero es que mis hijos sean las últimas víctimas' de la guerra, dijo a una agencia internacional.
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Según el jefe del consejo local rebelde, Mohamad Ahmad Maarati, quieren 'llamar la atención de la comunidad internacional sobre el hecho de que este crimen y muchos otros cometidos por el régimen sirio siguen sin ser castigados'.
Fuente: AFP